43 mil millones de euros: esto es lo que le costará a la empresa estatal china Chemical National Corp. (ChemChina) hacerse con la empresa suiza Syngenta, especializada en pesticidas y semillas. De cerrarse el trato, sería la mayor inversión que China haya efectuado en un país europeo. 43 mil millones: con tan solo una adquisición, se doblarían los 22 mil millones que los chinos invirtieron, en total, el año pasado en Europa.
También en 2015, ChemChina fue uno de los actores más prolíficos: por siete mil millones compró parcialmente al fabricante de llantas italiano Pirelli, por casi mil millones compró parcialmente al fabricante germano de máquinas Krauss-Maffei. Esto produce escalofríos a algunos, puesto que temen que China se adueñe del Viejo Continente.
Nada que ver… Las empresas del gigante asiático solo están haciendo su tarea, implementando el plan que el Partido Comunista ha ideado. Y es que en China, el Partido Comunista siempre tiene la razón. Por un lado, los chinos quieren deshacerse de su imagen de banco de trabajo que inunda al mundo con productos baratos. Y eso que los iPhones de Apple fabricados en China son todo menos baratos.
No, hablando en serio: a como dé lugar, los chinos deben reestructurar su economía. Tienen y quieren adentrarse más en el sector de la alta tecnología, por lo que en Europa buscan comprar ante todo empresas de este tipo. Compañías líderes, por ejemplo, en el sector de la producción interconectada (palabra clave: industria 4.0). De ahí que también busquen posibilidades de inversión en Alemania.
Nada que temer… Hace tres semanas, cuando los chinos cerraron el trato con Krauss-Maffei, sucedió algo curioso: de forma unánime, tanto la dirección de la empresa como los empleados dieron la bienvenida al nuevo propietario. Incluso el sindicato responsable dio el visto bueno a la adquisición. Eso no debería sorprender: ChemChina prometió conservar los emplazamientos y los puestos de trabajo, incluso anunció la creación de nuevos emNada que ver…pleos.
Desde luego, el futuro nos dirá lo que valen estas promesas. Y es que en Francia, por ejemplo, actualmente se puede ver que no todas las adquisiciones son así: en lugar de crear los puestos de trabajo prometidos, el gigante estadounidense General Electric está recortando masivamente empleos en la empresa Alstom, que adquirió en 2015. Pero eso es solo una anécdota.
Hasta ahora, las medianas empresas germanas han tenido, por lo general, buenas experiencias con sus nuevos dueños chinos. La mayoría de estas empresas ve sobre todo una oportunidad en estas adquisiciones, ya que así es más fácil conquistar al mercado chino. Si bien este está atravesando una fase de debilidad, sigue siendo uno de los más atractivos del mundo.