La participación ciudadana, con fórmulas revisadas y mecanismos novedosos, constituye en el presente, un intento de renovar el funcionamiento de la democracia representativa.
La diferencia de este intento con otros previos sucedidos en Chile, radica en que el modelo actual enfatiza el proceso de adopción de decisiones, mientras que los anteriores habían estado más orientados al cambio de las condiciones institucionales.
Simplificando, la participación ciudadana podría anidarse entre dos concepciones de democracia. Por un lado, la que se ha llamado perspectiva instrumental, donde la democracia es concebida como un método eficiente de adopción de decisiones, que consigue buenos resultados, y logra proteger la libertad individual de los ciudadanos.
La segunda perspectiva, implica una visión sustantiva, donde es vista como un ideal normativo, que es valioso como un objetivo en sí mismo. Un ideal político y social, que implica que la democracia es mucho más que un proceso formalizado de adopción de decisiones. Esta perspectiva es la premisa básica de la democracia directa y participativa, en la que los ciudadanos se implican responsable y activamente en las políticas de un país.
Por lo que respecta a la discusión sobre la participación ciudadana, una de las dimensiones más importantes que debe considerarse en la concepción de la democracia es el papel de los ciudadanos. Si nos centramos en ese ámbito, se puede indicar, siguiendo la clasificación propuesta por Gyford, que los ciudadanos pueden ser considerados en distintos papeles, en tres campos básicos de actividad (el económico, el político y el de los servicios); en cada uno pueden ser considerados en una faceta activa y en una faceta pasiva.
En este sentido, las concepciones de la participación, como compromiso cívico, contribución al logro de más democracia, refuerzo del capital social y la cohesión social, instrumento administrativo de mejora de los servicios, son aspectos que se deben considerar.
Entonces, participación para algunos, es el mero intercambio de información, ascendente o descendente, o cualquier consulta de los ciudadanos; para otros, no se puede hablar de tal aspecto sin la concertación y diálogo o la co-gestión o coproducción de los servicios; mientras que para otros, las iniciativas de participación son simple política de imagen y legitimación de la acción política, y no será auténtica participación nada más que aquella donde los ciudadanos comparten un poder delegado para adoptar decisiones colectivas que les afectan.
Así, podemos mencionar que en la medida en que avanzan las acciones para mejorar el gobierno y la capacidad de respuesta del Estado, también aparecen en primer plano las cuestiones relativas a la manera en que los ciudadanos se involucran y presentan sus demandas al Ejecutivo. El caso de la implementación de una Ley de Primarias en Chile, es un claro ejemplo de ello.
A razón de lo anterior, y cuando los cálculos más positivos estimaban que para esta elección de carácter histórico en la vida republicana de Chile no se superaría el millón de votos, las ciudadanía dijo otra cosa, y más de 3 millones de chilenos sufragaron, es decir, cerca del 22% del padrón electoral.
¿Quién fue él o la triunfadora? Eso da para otro análisis, pero sólo para consignar los datos, por el bloque Nueva Mayoría, la candidata Michelle Bachelet obtuvo cerca de 73% de los sufragios, con más de 2,1 millones de votos (53% del total a nivel país). En el bloque de la Alianza, Pablo Longueria (UDI) obtuvo 51% de las preferencias, con 414.380 votos.
Ahora bien, respecto de lo anterior, podemos mencionar que en las democracias representativas se ha asumido tradicionalmente que los ciudadanos expresan sus preferencias a través de las elecciones y que a su vez les corresponde a los funcionarios elegidos asegurar que el Estado dé respuesta y rinda cuentas a la ciudadanía. De este punto, la vinculación entre la participación y el ámbito político implica entonces repensar la forma cómo se ha concebido e implementado la participación, particularmente en el contexto del desarrollo.