Luego de varios años de crisis financiera en Europa y Estados Unidos, la industria del vino comenzó a resentirse mediante el éxodo de profesionales altamente calificados como enólogos y agrónomos que están buscando trabajo en Sudamérica, en especial Chile, Argentina, Uruguay y Brasil, todos motivados por el gran dinamismo en cuanto a los tipos de vinos que se están produciendo y de alguna forma, por la sobrevaloración de las reales posibilidades de desarrollo profesional.
A este grupo se suman inversionistas y enólogos consultores de gran reputación que ven en Latinoamérica una oportunidad para comenzar una viña boutique o de terroir que les permita invertir el dinero de sus ganancias personales o de socios que los han motivado a salir de Europa.
Esto ha generado que profesionales franceses, españoles y norteamericanos cansados de la rutina y la baja oportunidad de innovar, debido a la alta competitividad y estandarización de los vinos, estén buscando oportunidades laborales principalmente en Sudamérica y Oceanía (Australia, Nueva Zelandia).
Por el contrario, en Chile y Argentina se ha generado una situación donde los enólogos locales comenzaron a buscar oportunidades laborales en el extranjero, ya que en ambos países se ha producido un estancamiento laboral que no permite a los nuevos enólogos encontrar un trabajo estable más allá de una vendimia, durante el periodo de cosecha.
Esta información está siendo procesada luego de ser una tendencia los últimos doce meses, lo que se demuestra en el aumento de 300% en la inscripción por parte de enólogos extranjeros y en más de 500% por los chilenos en la Bolsa de Trabajo Vitivinícola de Andes Wines.
De estas cifras se puede destacar que los agrónomos y enólogos que están buscando trabajo en Chile estable provienen en 30% de la Universidad Católica de Chile, 20% de la Universidad de Chile y 25% de la Universidad de Concepción y Universidad de Talca, además de universidades extranjeras que representan el 25% del total de inscritos.
El desafío de este proceso que se viene agudizando es generar las opciones para nuevos emprendimientos vitivinícolas que están atrayendo a enólogos e inversionistas extranjeros a Sudamérica, y a la vez, la integración del conocimiento de agrónomo-viticultor de los enólogos chilenos, lo que está siendo la principal fortaleza para insertarse en Europa, Oceanía y Norteamérica.