A raíz de la crisis económica global, las mayores inversiones de las empresas multinacionales vienen siendo destinadas a economías emergentes –como las asiáticas y latinoamericanas–, caracterizadas por su solidez y crecimiento, en comparación a la ralentización de las economías de países desarrollados.
Durante décadas, el término ‘multinacionales’ ha sido utilizado para referirse a empresas con alcance global, provenientes fundamentalmente de Estados Unidos, Europa y Japón. Sin embargo, hoy en día Latinoamérica y Asia están produciendo corporaciones multinacionales. Economías grandes como Brasil y México, acompañadas de otras como Chile, Colombia y Perú, están mostrando buen dinamismo en este sentido. A su turno, China e India –los dos casos emblemáticos de Asia– son acompañados por Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia, entre otros países del sudeste asiático.
Una característica común de estas naciones emergentes ha sido el sólido crecimiento que tuvieron sus economías en los últimos quince o veinte años, lo que incrementó su consumo interno en forma muy importante. Las empresas nacionales crecieron también como consecuencia de la mayor competencia de sus mercados abiertos, lo que las llevó a madurar corporativamente, siendo el paso natural siguiente la conquista de nuevos mercados, sea en su propia región o globalmente.
El reciente estudio de EY ‘Latin America Outbound Expansion’, señala la tendencia hacia la expansión intra-regional y global. De las empresas participantes en el estudio (54% con facturación mayor a US$250 millones, y 46% por debajo de este monto), el 80% señaló que exporta a mercados dentro de la región, y 60% a mercados fuera de ella. De estas últimas, las empresas de Perú (56%) y Argentina (53%) están por debajo del promedio, a diferencia de las de México (76%), Brasil (71%), Chile (61%) y Colombia (60%) que tienen una mayor proporción. Asimismo, 56% de las empresas latinoamericanas tiene filiales en Latinoamérica, y 33% cuenta con filiales en países fuera de la región.
El estudio de EY reveló que Estados Unidos y Canadá constituyen el destino principal para el 54% de las empresas encuestadas, aunque se espera que esta proporción disminuya en los próximos tres años a medida que el foco de las empresas se amplíe a otras regiones del mundo. Un ejemplo notable son las exportaciones a China, país que representa el cuarto destino de los negocios internacionales de la región, por encima de varios países latinoamericanos y europeos.
La mayoría de las empresas participantes en la encuesta señaló que las alianzas con empresas existentes en los países de destino es el modo preferido para entrar a nuevos mercados. Según el estudio, dos de los mayores retos que enfrentan las empresas en su proceso de expansión son: (i) encontrar socios de negocios confiables en los países de destino, y (ii) definir las mejores estrategias que les permita convertirse en actores globales.
Un aspecto que la mayoría de empresas señaló es que contaban con un equipo gerencial capaz de lidiar técnicamente con emprendimientos internacionales; no obstante, el 60% dijo que su gerencia requería lograr mayor conocimiento de los mercados globales, y el 44% que era necesario conocer más sobre las costumbres locales y la manera de hacer negocios, además de los temas culturales.
De otro lado, el 55% mencionó como factor clave la composición de sus directorios, en el sentido de representar mejor los mercados globales. Asimismo, el estudio reveló que se requieren efectuar ajustes en aspectos operacionales y funcionales. Ventas y Marketing son consideradas por el 50% como las áreas que requiere cambios importantes, un aspecto que las empresas brasileras (61%) y colombianas (60%) consideran como más crítico; sin embargo, para las peruanas no representa mucho reto (27%).
Mejorar la cadena de suministros (56%), los sistemas de información (51%) y el planeamiento estratégico (42%), es lo que más requieren las empresas peruanas, según el estudio llevado a cabo por EY, que reveló también que las empresas latinoamericanas consideran como factores claves de éxito –además de la calidad del producto– una buena labor de inteligencia de mercado, aliados confiables, y –sobretodo– buen talento humano.