En estos últimos días se habló mucho de la consolidación de la “Alianza del Pacífico” como una alternativa a los gobiernos progresistas en América Latina y el Caribe. Tanto la Casa Blanca como políticos y comunicadores alineados con el pensamiento neoliberal han resaltado las bondades de esta alianza, y no parece casual que esto se produzca poco tiempo después de la muerte de Hugo Chávez. Es indiscutible que la desaparición del venezolano deja un hueco en la política regional; entre otros motivos porque tenía la capacidad de proponer ideas y generar proyectos estratégicos.
En este contexto reapareció Lula. El ex presidente de Brasil realizó una gira por Colombia, Perú y Ecuador que no tuvo gran cobertura mediática por parte de los grandes grupos periodísticos, que tampoco reprodujeron algunas de sus declaraciones de alto valor político.
Lula fue al Perú para participar del Foro "10 Años de la Alianza Estratégica Brasil-Perú 2003-2013" donde recordó que en su momento le habían sugerido que era mucho mejor aliarse con Alemania o con Francia que tejer una alianza estratégica entre “dos países miserables, dos paisitos pobres".
En Perú también recordó que lo habían criticado mucho por oponerse al ALCA, y se mantuvo firme al respecto. Más aún, dirigiéndose al presidente Ollanta Humala dijo “usted fue muy amigo de Chávez como lo fui yo y yo siempre le decía: mira, Chávez, ya deja de hablar de Simón Bolívar. Está todo bien. Ya no hay integración con la espada, ahora es con bancos de desarrollo, con financiamiento, con tasas de intereses bajas".
Es interesante que -en una entrevista concedida al influyente diario colombiano El Tiempo- utilizara conceptos similares, pero también agregó que se debía desarrollar el Banco del Sur “y hacer de él una palanca de crecimiento”.
Jugando de visitante y ante un Juan Manuel Santos que declaró hace apenas dos semanas que la Alianza del Pacífico era el nuevo motor de América Latina, Lula le respondió con el Banco del Sur, un proyecto bolivariano, aunque mantuvo un tono diplomático para no chocar abiertamente con los impulsores de la nueva alianza.
Es así que a los peruanos les dijo que era “natural poder integrar un bloque bioceánico Atlántico-Pacífico, porque la salida natural del Brasil al Pacífico es por Perú y la proyección natural de Perú hacia el Atlántico es por Brasil”.
En otras palabras, la integración se hace entre todos y no solamente entre los que quieren relanzar un proyecto neoliberal con el argumento de que el futuro está en el Pacífico.
En Ecuador, el presidente Rafael Correa no sólo lo condecoró, también dijo que “sería maravilloso” que fuera el próximo secretario general de Unasur, sin duda para ganar aún más protagonismo.
*Esta columna fue publicada originalmente en agencia Télam.