Hace una semana estaba entusiasmada por la visita de David Cameron a México. La primera de un primer ministro británico en funciones en más de una década. Mi equipo diseñó, junto con el gobierno y empresarios mexicanos, un ambicioso programa con el objetivo de maximizar oportunidades comerciales y de cooperación bilateral. Hoy me complace ver los resultados de un esfuerzo diplomático conjunto.
Antes de la visita, nuestro premier participó en la cumbre del G20, en la cual, bajo la Presidencia de México, se redujeron riesgos para la economía global. Los participantes se comprometieron a implementar la consolidación fiscal y reducir el desequilibrio. La tendencia hacia el proteccionismo fue detenida. Los gobiernos de la zona euro estuvieron de acuerdo con la necesitad de medidas para proteger su integridad y estabilidad. Y cada gobierno del G20 puso en la mesa planes de reformas para fortalecer la demanda global, promover el empleo y aumentar el crecimiento. Por su parte, mi primer ministro exigió en Los Cabos que todos los miembros lleven a cabo sus promesas lo más pronto posible y este énfasis continuó en su visita a la Ciudad de México.
David Cameron felicitó al presidente Calderón por su determinación ante el crimen organizado. Como respuesta, Calderón alabó la resolución del primer ministro para enfrentar los problemas económicos en mi país -donde ya se lograron mejoras a pesar de las dificultades globales. Esta visita fue una oportunidad para reforzar la relación que nuestros países tienen como aliados comerciales y políticos. Una oportunidad de evaluar el pasado y mirar hacia el futuro.
Sí, es verdad que mi país descuidó la relación con América Latina y con México. Pasamos de ser uno de los principales socios comerciales a tener una participación muy pequeña en los mercados de la región. Hace más de dos años que decidimos trabajar duro para cambiar esto. Desde la gira del duque de York para promover nuestro comercio, seguida por la visita del viceprimer ministro y cerrando con la reciente presencia de David Cameron en México, hemos mostrado que nuestra intención es seria. Hemos incrementado nuestra actividad diplomática, nuestros acuerdos y me complace decir que en muy poco tiempo ya podemos cosechar resultados concretos.
En esta visita, Cameron, acompañado de Lord Green y una delegación de 25 líderes empresariales, resaltó y promovió las oportunidades económicas que existen en energía, infraestructura, comercio detallista y educación. Se anunciaron nuevas inversiones como la de J.J. Churchill, de 23 millones de libras, en Sonora y la de Gruma, de 42 millones de libras, en el Reino Unido. Asimismo se firmó un Memorándum de Entendimiento entre la agencia Visit Britain y el Consejo de Promoción Turística de México, auspiciado por la Secretaría de Turismo. Algo muy relevante, ya que el turismo es una industria que puede crear trabajos y propiciar crecimiento en un momento donde la escena global parece amenazante.
Parafraseando a David Cameron, quiero decir que ésta es una nueva era para la relación bilateral. El futuro de México se percibe emocionante y queremos ser parte importante de él. Gran Bretaña quiere más de México y México quiere más de nosotros. Acciones y resultados. Mi primer ministro ya está de regreso en Londres, pero no sin antes recordarle a México que estamos listos. Estamos de regreso.
*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.