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Elecciones en México: ¿entre el PRI y el PAN?
Lun, 18/06/2012 - 10:18

Bernardo Navarrete Yánez

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Bernardo Navarrete Yánez

Bernardo Navarrete Yáñez es Profesor Asociado de la Licenciatura en Estudios Internacionales de la Universidad de Santiago de Chile (Usach).

A pocos días de las elecciones en México, el Partido Acción Nacional (PAN) actualmente en el poder, “está contra las cuerdas de cara a las presidenciales” (El Mercurio, 10.06.12)

El PAN enfrenta una importante caída en la intención de voto para su candidata Josefina Vásquez Mota, quien -según la encuesta de GEA-ISA-, descendió al tercer lugar con un 17,9% de las intenciones de voto, detrás de López Obrador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) posicionado con un 19,3% y Peña Nieto del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien encabeza las preferencias con un 39,4% (El Mercurio, 20.04.12; El Comercio, 28.05.12). Ante este escenario, cabe preguntarse respecto a las razones que subyacen ante una posible derrota del PAN tras doce años en el poder, y la primera de ellas es que el PRI logró volver a competir electoralmente tras 70 años en el poder, alejándose de un estilo de gobierno tipificado por el argentino Guillermo O’Donnell como·“Régimen Autoritario con Sistema de Partido Hegemónico” y por el Nobel de Literatura Vargas Llosa, como la “Dictadura Perfecta”.

La caída del PAN puede rastrearse, además, en el fenómeno de atomización del voto anti-PRI, dada la irrupción de la candidatura de López Obrador y, particularmente, en los errores políticos, estratégicos y tácticos de un gobierno al que le ha costado responder en sus 12 años de gestión, a las altas expectativas de la ciudadanía mexicana tras el retorno de la democracia: “La sociedad albergó esperanzas inalcanzables y le pidió a la democracia el éxito, el crecimiento y el bienestar, que no dependen directamente del voto sino de regulaciones e instituciones eficaces, políticas públicas creativas, reformas estructurales y de segunda generación o circunstancias internacionales favorables.” (El Mercurio, 10.06.12), peticiones de difícil materialización mediante políticas públicas adecuadas para generar cambios estructurales.

Además, el PAN no logró reestructurar la institucionalidad mexicana deslegitimada tras la “dictadura perfecta”, manteniéndose altos los índices de corrupción, delincuencia, narcotráfico y crimen organizado. Este último -una nueva amenaza desde la perspectiva de la seguridad internacional y transversal a la sociedad mexicana-, que se ha convertido en un caso paradigmático en toda América, ha sido el tópico que ha cruzado y definido las candidaturas, tanto del oficialismo como de la oposición.

Respecto al ascenso del PRI en tanto, diversos observadores concuerdan en el efectivo marketing electoral empleado por el candidato del PRI a través de una “cuidada imagen pública” (El Mercurio, 20.04.12). Bajo una asertiva retorica, Peña Nieto remarca que la prioridad de su gobierno, de ser electo, será devolver la paz y la tranquilidad a México, propuesta que es, al mismo tiempo, una crítica implícita al accionar ineficaz del PAN: “Es claro que el clima de violencia e inseguridad en nuestro país se ha incrementado y ha generado, hoy en día entre las familias mexicanas, realmente preocupación mayor y ha puesto en riesgo su propia libertad" (El Mundo, 14.05.12).

En este escenario, las propuestas del candidato del PRI para combatir el crimen organizado son: mantener al ejército en la lucha antidrogas a través de la creación de una gendarmería nacional, con un cuerpo de origen militar para esta labor; aumentar el número de efectivos policiales de 36.000 a 50.000; y la construcción de academias regionales de policía (El Mundo, 14.05.12).

En contraste con estas propuestas de cambio, en el imaginario colectivo, la candidata oficialista Josefina Vásquez Mota encarna políticas fracasadas de seguridad ciudadana y pública. Ilustrativo de lo anterior, es que tras la declaración de querer “un Nuevo León sin Zetas, sin crimen organizado”, refiriéndose a que no daría tregua a los “carteles”, se produjo una de las matanzas más crueles y violentas del último periodo en Monterrey, misma localidad donde Vásquez hizo las declaraciones (El Mercurio, 14.05.12).

En suma, lo que se traduce en los sondeos de opinión pública es la incapacidad de los gobiernos del PAN de construir una democracia que aliente bienes públicos y sea valorada, cuestión reafirmada por el último informe de la corporación Latinobarómetro, donde México se encuentra bajo la media latinoamericana de 61% de apoyo a la democracia, con un 49%, siendo uno de los tres porcentajes más bajos (Latinobarómetro, 2011).

Lo anterior ha sido aprovechado por PRI para recuperar terreno electoral en el país, gobernando dos tercios del territorio y ocupar la mayoría en la Cámara de Diputados, así como para condicionar los componentes de la agenda política mexicana y acrecentar su cohesión interna, ante el vacío que fue dejando el PAN en la escala regional (El Mercurio, 10.06.12). De ahí que, incluso el ex Presidente Vicente Fox (2000-2006) perteneciente al PAN, haya reiterado su llamado a votar por el candidato del PRI, asegurando que sus ideales políticos permanecían intactos y que no desdeñaba su alma política al reconocer un proyecto en cual confía (La Tercera, 05.06.12).

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