La equidad de género es hoy en día una materia global que se establece con fuerza y creciente profundidad en las agendas multisectoriales de la gran mayoría de países. Chile no escapa a esta positiva realidad y si bien existe consenso sobre la necesidad de relevar este tema, tanto en el ámbito público como privado, todavía no incluimos la perspectiva de género como una prioridad de nuestra política exterior.
A diferencia nuestra, la Unión Europea con la actual comisión presidida por Jean Claude Juncker, asumió su mandato (2014-2019) formulando la equidad de género como una prioridad de la política exterior del Viejo Continente. No es una casualidad que la Alta Representante de la Política Exterior y de Seguridad Común, Federica Mogherini, haya nombrado en su gabinete una asesora de género, la embajadora Mara Marinaki, con el especial encargo de incluir la perspectiva de género no sólo en el ámbito de la política exterior de la UE, sino también en el trabajo interno de la comisión europea.
Es en este contexto que Chile planteó a la Unión Europea en el año 2014 incluir el tema de género como uno de los tres pilares de la modernización del Acuerdo de Asociación Chile-UE. La propuesta no sólo fue muy bien recibida, sino que se hizo extensiva a los otros pilares de este acuerdo: la cooperación y el ámbito comercial. Lo anterior, nos permitió, además, capitalizar la simpatía política del Parlamento europeo, instancia de gran influencia y poder de decisión, sobre todo cuando se tenga que votar el nuevo acuerdo Chile-UE.
La equidad de género en el ámbito de la cooperación con la UE ha significado para Chile la visita de dos misiones de EuroSocial, que se han reunido con el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, para promover el intercambio de buenas prácticas en la implementación de políticas públicas destinadas a fomentar la participación femenina en el ámbito laboral y a empoderarlas en el proceso de toma de decisiones. Mientras que en el área comercial, para el nuevo acuerdo Chile-UE, se contempla un capítulo sobre comercio y género, que busca incentivar el crecimiento inclusivo, bajo el firme convencimiento de que la perspectiva de género juega un rol fundamental en el desarrollo económico del país.
Cabe destacar que este capítulo sobre comercio y género Chile lo ha replicado recientemente en otros acuerdos comerciales, como con Canadá (2017) y Uruguay (2016). En ambos casos, la percepción de nuestras contrapartes ha sido muy positiva, pues somos percibidos como un país moderno, líder en la región y que posee una agenda crecientemente inclusiva en materia de política exterior.
Otro ámbito donde nuestro país es reconocido por su liderazgo regional y mundial es en la implementación de la Resolución nº1325 “Mujer, Paz y Seguridad” del Consejo de Seguridad de la ONU. Chile es el único país de la región que posee dos Planes de Acción Nacional (PAN) que buscan incluir la perspectiva de género en la prevención de conflictos armados y en el mantenimiento de operaciones de paz. Estas iniciativas nacionales persiguen empoderar a las niñas, aumentar la participación de mujeres en la toma de decisiones y garantizar su seguridad a través de un involucramiento directo en el proceso de reconstrucción pos bélico.
Apoyar la inclusión de la equidad de género reforzará nuestra presencia en el contexto internacional, al ayudarnos a profundizar nuestra diplomacia bilateral y multilateral, principalmente con aquellos países “like minded” y con nuestros principales socios comerciales.
Incorporar la equidad de género como una prioridad de nuestra política exterior nos permitirá profundizar el liderazgo que ya poseemos en esta materia, además de ser percibidos como un agente de paz, a nivel global y fundamentalmente en las relaciones con los países limítrofes.