Desde hace unos pocos años nuestras universidades descubrieron que existía una brecha entre la formación que ellas estaban entregando a los alumnos de los MBA y lo que las empresas realmente requerían de esos egresados.

Si bien nada se podía objetar en cuanto a la formación técnica de los estudiantes, sin duda no se les instruía en el desarrollo de las hoy conocidas “habilidades blandas” y, por lo tanto, ellos no estaban debidamente preparados para reaccionar y responder  ante la incertidumbre o ante los cambios de escenario.

Hoy para el reclutamiento de ejecutivos ha pasado a ser un imperativo para los postulantes contar con estas destrezas, entre otras razones a causa de la globalización. Para los nuevos tiempos se requieren nuevas habilidades y la apertura de los mercados trajo como consecuencia que los altos mandos de las compañías debieran relacionarse con actores muy diversos. Este cambio de escenario exigió que ellos hicieran uso de aptitudes tales como la comprensión y la capacidad de comunicación, a fin de lograr interacciones interpersonales efectivas.

Por tal razón los “head hunters” deben responder a lo que actualmente las compañías chilenas están buscando, esto es ejecutivos completos, que junto a la excelencia técnica posean fuertes habilidades humanas, madurez emocional y una conciencia cultural más amplia.

Por ello los MBA de algunas universidades ya han incorporado el fortalecimiento del liderazgo como parte central de sus programas. Es así como el posgrado que imparte la Pontificia Universidad Católica de Chile ha integrado cursos de habilidades blandas, de las cuales sus alumnos deben elegir por lo menos tres, y poseer diversos talleres, de tal forma que los alumnos puedan ir complementando sus competencias en temas tales como el liderazgo aplicado, el trabajo en equipo y otros.

La Universidad Adolfo Ibáñez (Chile), por su parte, tiene como ramo obligatorio, tanto en los cursos de pregrado como en posgrado, la materia de Liderazgo Estratégico. Finalmente, la Escuela de Negocios de la Universidad de Los Andes, en la tercera parte de su programa de estudios focalizados, imparte materias y entrena en disciplinas tales como: liderando a otros bajo situaciones de alto estrés, liderando equipos de personas y manejo de talentos.

Si bien, como ya hemos visto, las universidades están “aggiornando” sus planes y programas de estudio a requerimiento de las empresas, estas últimas no siempre reflejan esta necesidad al momento de buscar un ejecutivo, especialmente si lo hacen por escrito.

De hecho, en el recién pasado fin de semana en las páginas de búsqueda de profesionales y altos mandos de un importante medio de comunicación, la mayoría de los anuncios incluía como último requisito la capacidad de trabajar en equipo. Se diferenciaba de ellos el de una multinacional que incluía junto a los conocimientos técnicos un verdadero decálogo de las “habilidades blandas” que debía poseer el postulante y una clara descripción de los valores que buscaba la empresa.

Sin duda, si una compañía expresa clara y detalladamente las características del ejecutivo que está buscando y lo que le ofrece, lo más probable es que en breve tiempo encuentre el perfil más adecuado.