Existen 7.550 millones de personas en el mundo, y más de 4.200 millones se encuentran conectadas a la World Wide Web. De estas últimas, 3.300 millones utilizan las redes sociales para satisfacer sus necesidades de seguridad, sociales, de autoestima y/o autorealización.

Los datos anteriores no dejan de ser relevantes si hablamos de que las empresas buscan llegar a la mente del consumidor con tal de incentivar la compra, tanto de productos como de servicios.

Sabemos que los usuarios pasan alrededor de ocho horas promedio (al día) conectadas a internet, y la principal herramienta para acceder a ella es el dispositivo móvil. En Chile, existen 3 celulares por cada 2 habitantes, es decir, cada habitante debiera tener 1,5 celulares en promedio.

Aquí radica la razón por la que los modelos de negocios norteamericanos, europeos y chinos se han volcado a internet como, por ejemplo, Pedidos Ya, Mercado Libre, Uber, Netflix, Alibaba, y Aliexpress, entre otras empresas.

Esta evolución no es solo de crear un sitio web y abrir un par de cuentas en redes sociales. Sino más bien, se trata de presentar un nuevo modelo de negocio con una propuesta de valor superior a las conocidas tradicionalmente. Es decir, el foco lo ponen en la usabilidad, la accesibilidad y la comodidad del cliente. Donde todo proceso de compra y la transacción que esta conlleva es totalmente expedita y fácil, con la precisión que solo la tecnología puede proporcionar.

Estamos hablando de la satisfacción total del cliente y de la calidad de los servicios. Donde los atributos de comunicación instantánea, confianza, credibilidad, tiempos de respuesta y atención al cliente marcan una gran diferencia para que los consumidores elijan a las empresas que le aseguren aquello.

El desafío que tenemos en Chile, en términos de digitalización en las empresas, no es solo educar sobre la necesidad de ingresar a competir en la web, sino más bien de modificar los modelos de negocios a través del uso correcto de la triple w. Es decir, replantear los modelos y ajustarlos de la forma más óptima a las tecnologías de la información, utilizando internet como una poderosa herramienta para dar a conocer al mundo la empresa (marca), sus productos y servicios, y lograr  materializar la venta online, llevando a su vez el control automatizado de la empresa como un todo, desde el control de stock y la venta en sí misma, hasta el comportamiento del usuario y el servicio de post venta, a través del relacionamiento.