Generalmente, los hábitos de consumo de las personas suelen estar determinados por los contextos sociales. Por ejemplo, Chile es el primer país latinoamericano en aplicar una ley nacional para prohibir el uso de bolsas de plástico en grandes tiendas y supermercados. La normativa responde a la necesidad urgente de reducir la contaminación y cuidar el medioambiente, una demanda social cada vez más prioritaria en tiempos de calentamiento global.
En ese sentido, estamos presenciando el surgimiento de una nueva generación de consumidores, más conscientes y comprometidos con el planeta. Para las empresas ya no basta con satisfacer las necesidades de ese consumidor emergente, sino que también importan las formas. En otras palabras, el envase y el contenido deben ir de la mano en términos de calidad y sustentabilidad.
Una evidencia de ello es la aparición del vino en lata, creciendo a un ritmo del 50% en Europa y Estados Unidos, lo que representa una de las mayores expansiones de la industria vitivinícola, aunque todavía muy incipiente, con 0,2% de las ventas totales en esas geografías.
En América Latina, Chile es el primer país en tener un vino en lata producido y envasado en Sudamérica. La iniciativa busca democratizar los momentos de consumo de vino, que en lata pasa a ser una opción perfecta para un asado en la piscina, por ejemplo, ya que no ofrece riego de romperse, o tiene el tamaño exacto para un consumo individual después de un día de trabajo, además de un formato más cómodo, transportable y flexible. Es la opción para esta industria atraer nuevos consumidores al mercado.
A eso deben sumarse las cualidades reciclables del envase, ya que la lata de aluminio tiene índices de reciclado que llegan al 70% a nivel mundial. En el continente, Brasil lidera esta práctica con una tasa del 97,7%.
El vino en lata abre nuevas posibilidades de expansión del consumo en el mercado y reducción del impacto medioambiental.
Aunque este lanzamiento esté dando sus primeros pasos, la tendencia en mercados más maduros como Europa y Estados Unidos es un anticipo de lo que puede ocurrir en Chile en el futuro. Las empresas que aprovechen esta oportunidad pueden tomar ventaja no solo en el mercado interno, sino del vino en lata como un producto de exportación al mundo.