Es de público conocimiento que Chile es el principal productor de cobre a nivel mundial con una participación de 31,9% en 2012, seguido por China con el 9,4%, por lo que su importancia a nivel internacional es alta, considerando a sus competidores.
Igualmente, a nivel interno, la explotación del metal rojo representa el 19% del PIB nacional. Además, el sector minero genera empleo para más de 70 mil personas y está relacionado con cerca del 53% de las exportaciones chilenas.
La industria tecnológica ha logrado desarrollar soluciones dirigidas al mundo de la minería y explotación de los recursos naturales. Y esta innovación, es capaz de mejorar en cualquier empresa del rubro, todas las fases de su proceso productivo.
Se puede implementar partiendo en el área de explotación y descubrimiento, con sistemas de análisis de datos extremadamente sofisticados en tiempo real, que mejoran el rendimiento en terreno, reduciendo costos operacionales y aumentando la seguridad, entre otras múltiples variables posibles.
También hay aplicaciones que permiten integrar datos del ciclo de vida de un producto, a través del feedback de los clientes, con diversa información de calidad y chequeos constantes, proyectando así la base necesaria de información para generar procesos de innovación permanente.
Y la tecnología entra también en áreas donde anteriormente no era tomada como un aliado estratégico, como puede ser en la planificación estratégica, rendimiento y aprovechamiento de los bienes, optimización de los ciclos de cumplimiento administrativos y de contratos, lograr la excelencia en la cadena de aprovisionamiento y mantenimiento, tener una visión integrada de los procesos metalúrgicos y de minería y en las diversas operaciones de inteligencia para generar decisiones oportunas, estratificación de aspectos de salud, seguridad y medio ambiente, administración de la fuerza laboral, arquitectura empresarial, control de aspectos financieros, de comercio y el manejo de riesgos.
Hoy el mundo digital se dirige hacia la integración, uniendo procesos que parecían irreconciliables en industrias de tal magnitud como la minera, y todo gracias a la constante innovación en pos del incremento de la productividad de las empresas.