Hasta hoy, la interconexión de sucursales para las empresas es un tema conflictivo y bastante oscuro. Normalmente, deben escoger un solo proveedor de telecomunicaciones, el que les ofrece un contrato por un plazo fijo, por lo general de tres o más años. Esta forma de operar está relacionada con las tecnologías que han estado disponibles en el mercado por muchos años, principalmente MPLS (del inglés Multiprotocol Label Switching). Cada proveedor o carrier dispone de su propia red de este tipo a la que conecta las oficinas o instalaciones de sus clientes en el país. Así, la empresa queda virtualmente amarrada a ese carrier por el período del contrato con la sola opción o amenaza de licitar nuevamente el servicio al término del contrato inicial. Además, la relación es conflictiva y asimétrica. Por ejemplo, ante caídas de los enlaces se produce una disputa de responsabilidades entre cliente y proveedor con la desventaja del primero en términos de su escaso acceso a la información del estado de sus conexiones.
Otras fuentes de conflicto son la verificación de los anchos de banda acordados o la velocidad de instalación de nuevas oficinas. Cada cierto tiempo, no poco por cierto, aparece una nueva tecnología de redes de larga distancia o WAN (del inglés Wide Area Network) que ofrece mejoras importantes a las empresas. Este es el caso precisamente de las redes MPLS que dominan este mercado desde hace ya 17 años.
Por fin llegó una alternativa: SD-WAN (del inglés Software Defined - Wide Area Network), o redes WAN definidas por software. Es una nueva tecnología que ofrece grandes beneficios a las empresas para operar su red de sucursales a mínimo costo. También, y más importante aún, les permite tomar el control de su red, visibilizar el estado de sus enlaces y exigir la calidad de servicio contratada a los proveedores de conectividad. La solución SD-WAN provee alta disponibilidad mediante el uso simultáneo de más de un enlace, facilitando la contratación de enlaces IP de cualquier tipo, ya sean los mismos MPLS y/o accesos a Internet de cualquier tipo (Fibra Óptica, xDSL, Cable, 3G/4G, satelital). Todo esto con altos niveles de seguridad.
Esta solución amplía las posibilidades de las empresas para contratar los enlaces dedicados o accesos a Internet a distintos proveedores de servicios, mejorando su poder de negociación. Al tomar el control de su WAN, tal como ya lo hace con sus redes locales (LAN), la empresa depende de sí misma o de quien contrate para administrarla con grandes beneficios de flexibilidad, visibilidad, gestión, velocidad de instalación de nuevas sucursales, facilidad de uso, continuidad de servicio, seguridad, control y medición de niveles de servicio (SLA), y prioridad de aplicaciones críticas.
Hay consenso entre los analistas que en el futuro cercano las empresas adoptarán masivamente esta alternativa por los motivos ya explicados. En los países desarrollados el cambio se está produciendo rápidamente. Incluso, las empresas de telecomunicaciones, obligadas por las fuerzas del mercado, ya están ofreciendo esta solución. En realidad, no tiene mucho sentido desamarrarse del carrier para volver a contratar la solución con un solo proveedor. Sin embargo, el impulsor de mercado más importante de la llegada de SD-WAN para las empresas es asegurarse una infraestructura para su transformación digital que no dependa de terceros, sino de sí mismas.