Tras cinco elecciones municipales, la Alianza, ahora en el gobierno e integrada por los partidos Unión Demócrata Independiente y Renovación Nacional, gobiernan a nivel local más de 50% de la población chilena.
En 16 años, estos partidos pasaron del 23% de los votos a 31% de las preferencias electorales, sin considerar que buena parte de los independientes que se presentan lo hacen bajo un subpacto o terminan militando en uno de los dos partidos. Dicho lo anterior y si uno analiza los resultados de 2008, la derecha tiene más que perder, ya que fue la gran ganadora, si uno analiza los resultados de la época.
En efecto, más allá de las destituciones y fallecimientos, la Alianza tiene un número significativo de alcaldes especialmente en las cabeceras de región y dentro de las primeras diez comunas con mayor peso electoral, 8 están en manos de la Alianza, 1 de Renovación Nacional y 7 en la Unión Demócrata Independiente.
El problema en este escenario es cómo el electorado de las comunas enfrentará los dos escenarios posibles. Si tomarán la elección como la aprobación o rechazo de la marcha de la gestión de sus alcaldes y en consecuencia observaremos 345 elecciones locales distintas o las verán en clave nacional, esto es la oportunidad apoyar o reprobar la gestión del presidente Sebastián Piñera y de su gobierno. Si esto último ocurre, entonces el resultado es previsible, la campaña fue sin fotos con el presidente y éste tiene baja aprobación en la ciudadanía.