Para nadie es un misterio que el escenario en el que se desenvuelven las empresas en la actualidad es cambiante, dinámico y que tiene una serie de características que lo hacen diametralmente distinto al que existía hace tan sólo unos años.
Cambios que han exigido a las empresas ir en busca de profesionales con habilidades y aptitudes específicas que les permitan desenvolverse con facilidad y generar un valor agregado a sus respectivas empresas en una economía cada vez más competitiva.
El tema se vuelve aún más estratégico cuando se habla de director ejecutivo o CEO, pues de ellos depende en gran parte el destino de la compañía a la que pertenecen.
Es por ello que actualmente se hace indispensable tener líderes con habilidades como manejo de crisis, con capacidad de tener una comunicación efectiva con su equipo, motivadores y hábiles en la toma de decisiones, por nombrar sólo algunas de las aptitudes que se requieren.
Pero ya no es suficiente con ser capaz de manejar una empresa exitosamente, hoy por hoy el CEO debe además tener la visión, la pasión y la osadía suficientes para detectar oportunidades y tendencias antes que nadie y, más aún, llevarlas adelante con la determinación y la inteligencia necesarias para concretarlas y convertirlas en una ventaja comparativa.
Quizás el ejemplo más evidente es el de Steve Jobs, el recién renunciado CEO de Apple y responsable de convertir a la compañía de la manzana en una de las más valorizadas del último tiempo. No por nada los IPod, IPad, IPhone pasaron de ser grandes innovaciones a formar parte de nuestra vida cotidiana en un plazo de tiempo récord.
Y es que, aunque suene repetitivo, la innovación es la clave que distingue a un buen CEO de uno extraordinario.
Aquí es donde es importante definir a qué nos referimos cuando hablamos de un líder innovador. No es sólo que sea capaz de crear nuevos productos, sino que sea capaz de crear nuevas formas de relacionarse con su equipo, nuevas formas de motivar, nuevas formas de producir, de vender, de comercializar o, simplemente, nuevas formas de liderar.
El CEO de este tiempo debe ser en sí mismo un elemento innovador, inquieto, curioso, capaz de entender hacia dónde va el consumidor antes de que el mismo consumidor sea conciente. En otras palabras, ver la tendencia antes de que efectivamente sea tendencia.
Si bien grandes multinacionales como Ikea o Starbucks buscan este tipo de líderes desde sus inicios, en Latinoamérica aún existe cierto temor a apostar tan fuertemente por el líder innovador.
Una realidad que ya está empezando a cambiar y que debiera hacerlo más en la medida que el mercado se vaya haciendo más competitivo.