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Steve Bannon ataca a Europa desde la extrema derecha
Jue, 26/07/2018 - 10:40

Bernd Riegert

Grecia: la continuación de la tragedia
Bernd Riegert

Bernd Riegert es periodista de Deutsche Welle.

"El Movimiento" (The Movement) es el nombre de la plataforma radical de derecha que el nacionalista estadounidense Steve Bannon quiere plantar en el corazón de Europa, en Bruselas. El nombre tenía que ser precisamente "El Movimiento". Eso seguro que no es una coincidencia para el astuto jefe estratega del antiliberalismo. Sobre todo los alemanes, pero también los demás europeos deberían estar alarmados.

Adolf Hitler y Benito Mussolini llamaban a sus organizaciones fascistas "movimientos", inspirados en movimientos nacionalistas en Alemania, Austria y Hungría de la segunda mitad del siglo XIX. El "movimiento" de Hitler resultó en miseria, sufrimiento y muerte para millones de personas. Steve Bannon, quien se describe a sí mismo como un guerrero satánico contra los poderes establecidos, retoma con su proyecto hábilmente una tendencia ya existente en Europa. Porque a los populistas europeos les gusta hablar de sí mismos como de un "movimiento", ya sea el partido nacionalista FPÖ en Austria o el "movimiento" Cinco Estrellas en Italia. En Alemania, el partido de derecha AFD mantiene contactos con el "Movimiento identitario" de extrema derecha.

Steve Bannon dio en el clavo con el nombre de su consultoría de campaña. Los grandes y pequeños partidos populistas de derecha y los partidos de extrema derecha en Europa ya están haciendo cola para beneficiarse del la mente que está detrás del éxito electoral del Donald Trump. Bannon, por su parte, ya ha creado una densa red de contactos en Europa. Conoció y atrajo a los principales líderes de la escena derechista, desde Alice Wedel, en Alemania, hasta Marine Le Pen, en Francia, pasando por el ministro derechista del Interior en Italia, Matteo Salvini. El nuevo "eje de derechas" va desde los "Verdaderos Finlandeses" hasta los "Hermanos de Italia". Su objetivo es formar al menos el tercer grupo parlamentario más fuerte en Estrasburgo en las próximas elecciones europeas de 2019.

Pero Bannon quiere aún más. Su meta es la disolución de la Unión Europea y el fin de la democracia liberal en Europa.

Hasta ahora, los nacionalistas de derecha en Europa han actuado de manera bastante descoordinada. Steve Bannon podría cambiar esto con una logística de campaña electoral moderna, con campañas en los medios sociales basados en los datos de los perfiles de los votantes y otros trucos más de la campaña electoral estadounidense. De hecho, eso podría poner en marcha algo así como un "movimiento" nacionalista de la derecha europea, basándose en éxitos electorales en Italia, Austria y Alemania.

Los partidos conservadores, socialistas y liberales establecidos que, hasta ahora, han marcado la pauta en la Unión Europea deben defenderse y desarrollar conceptos para una respuesta adecuada. Y las instituciones europeas también. El comentario breve por parte de la Comisión Europea de que se ha tomado nota de las actividades de Steve Bannon no es suficiente. Antes de que sea demasiado tarde hay que parar a ese "movimiento". La Comisión, al igual que los Estados miembros, están obligados a garantizar unas elecciones "justas y equitativas" del Parlamento Europeo, conforme a los Tratados de la UE.

En Estados unidos, el servicio secreto ruso ha intentado masivamente influir en las elecciones. No hay pruebas de si Bannon sabía de eso, si apoyó a los rusos o si ellos lo apoyaron a él. Lo que queda claro, sin embargo, es que Bannon admira desde hace tiempo al presidente ruso Vladimir Putin y a su supuesta lucha por lo cristiano. También está claro que algunos partidos populistas de derecha en Europa son cofinanciados por Rusia, con la que mantienen estrechos contactos.

Esta es la puerta por la que podría entrar Bannon. La influencia rusa en las elecciones europeas, que aparentemente ya tuvo lugar, podría ser ampliada y aprovechada al máximo. Los partidos y las instituciones democráticas proeuropeas deben examinar de cerca lo que el "movimiento" haga y cómo coopere con las fabricas rusas de noticias falsas. Cuando los populistas de derecha hayan tomado el Parlamento europeo, será demasiado tarde para lamentarse.

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