Para fortuna de los funcionarios a cargo del gasto, la propuesta del diputado del PRI Javier López Zavala se perdió en la congeladora.

La iniciativa buscaba evitar el subejercicio presupuestal con modificaciones a las leyes de responsabilidades administrativas y hacendarias, estableciendo el castigo como despido.

La presentación en la tribuna de San Lázaro fue en octubre. Faltaban seis semanas para el regreso del PRI a Los Pinos. Y el discurso del diputado poblano fue una crítica a los sexenios panistas. Dijo que en 2011 en seis secretarías no se gastaron con oportunidad 22 mil 471 millones de pesos. “Es necesario sancionar a los funcionarios que en el ejercicio de su responsabilidad no llevan a cabo las labores que les corresponden”, argumentó.

No era la primera vez. En la legislatura anterior, ese marcaje del PRI generó la percepción de que el subejercicio era una enfermedad consustancial al PAN.

Y cuando se discutió el paquete económico para este 2013, lo primero que prometió la presidenta de la Comisión de Presupuesto, la diputada con licencia Nuvia Mayorga -ahora titular de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas-, fue dejar atrás la pesadilla de los recursos que no se gastaban.

El jefe de la bancada del PRI, el diputado Manlio Fabio Beltrones, definió que si bien las asignaciones serían inerciales, el presidente Enrique Peña Nieto establecería cambios para frenar los subejercicios que mucho, dijo, han afectado a los mexicanos en situación de pobreza.

Seis meses después, sin embargo, la temida palabra regresó. Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, advirtió a finales de mayo que el subejercicio era muy importante, que su impacto era fuerte y que se desconocían las causas.

Y aunque los priistas han tenido la habilidad de impedir que el asunto suba a la tribuna del Congreso, el tema es el plato fuerte de empresarios, políticos y funcionarios.

En corto, autoridades locales y proveedores ventilan su preocupación: el gobierno no ha soltado el dinero en los estados ni en los municipios. Las licitaciones están detenidas. Tampoco ha pagado deudas; y unas 30 mil empresas de diversos giros traen retrasos de más de dos meses en el cobro de sus facturas.

Hasta los diputados padecen porque no pueden pagar sus promesas de campaña, mismas que en diciembre lograron la etiquetación de recursos, cuando los 500 integrantes de San Lázaro se dividieron los 23 mil millones que ajustaron a la alza por el precio del petróleo.

A diferencia del pasado inmediato, nadie quiere señalar en voz alta las posibles causas del hecho ni contradecir al subsecretario de Egresos, Fernando Galindo Favela, quien ha dicho que sólo falta soltar el 5% del gasto, equivalente a 8 mil 300 millones de pesos. Pero los afectados dicen que la cifra es del 10%.

Sólo el coordinador y elvice coordinador de los diputados del PRD han intentado infructuosamente subirle volumen al reclamo. Abrir la chequera de Hacienda, pidió Silvano Aureoles. Es el mayor retraso en 20 años, comparó Miguel Alonso Raya.

Esta semana preguntamos a legisladores, funcionarios y empresarios el porqué de este subejercicio. Fuera de grabadora, los de filiación priista y perredista aseguran que la administración de Peña necesita poner orden porque el desorden que dejó la administración anterior equivale a un boquete de 100 mil millones de pesos.

“Falso”, reviró el presidente de la Comisión de Hacienda, el diputado del PAN, JoséTrejo Reyes. Y nos recordó que el tituar de SHCP, Luis Videgaray, hizo un reconocimiento a las finanzas sanas que dejó Calderón.

Querían controlar el gasto y lo lograron. Pero se les pasó la mano porque paralizaron la economía, nos respondió un ex secretario, no sin antes subrayar que en épocas de bajo crecimiento, como ésta, el presupuesto es clave para generar empleo.

En la búsqueda de explicaciones, surgieron cifras: la recaudación falló por 35 mil millones de pesos y este 2013 apenas creceremos 3%.

Hay quienes consideran que se trata de una justificada estrategia: el presupuesto actual se encadenó al gobierno anterior y el subejercicio servirá para reubicar el dinero en otras áreas que permitan cumplir los compromisos electorales del presidente.

Es para abatir inflación, evaluaron otros. Bueno, hubo quienes señalaron que la escasez fiscal es obra de la ley anti lavado, porque la delincuencia no puede blanquearfacilmente su billete.

“Simplemente no eran tan buenos para gastar como decían”, soltó un panista. “No hay lumbrera que pueda contra la escasez económica”, ironizó un perredista.

Y todos esperan que el subsecretario Galindo dé el tiro de salida después de las elecciones. Y en Hacienda apuren el paso.

Al fin que tuvieron suerte. Porque de haber prosperado la idea de destituir a los responsables de ejercer los recursos públicos que no lo hicieran en tiempo y forma, fuera por dolo, negligencia, mala fe o “cualquier razón imputable a ellos”, varios en esa Secretaría estarían penando.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.