No es necesario acudir a la clarividencia ni recurrir a Las profecías de Nostradamus para intuir o “vislumbrar” el futuro de la gestión patrimonial o wealth management. Felizmente, hay algunas tendencias que parecen indicar el camino que está tomando la industria a las cuales conviene prestar atención para no quedarnos en el pasado.
Las nuevas tecnologías, inteligencia artificial, competitividad de la industria, sumado a escenarios de inversión más volátiles y menos predecibles suponen una evolución en la forma de gestión patrimonial. ¿cuáles son?
Un nuevo tipo de inversionista
Los nuevos tiempos y tecnologías han generado un nuevo tipo de inversionista que piensa distinto y espera de su asesor un nuevo enfoque. El inversionista es más individualista y autosuficiente, requiere servicios a la medida y accede a servicios de asesoría a través de distintas plataformas, canales y asesores (multicanal y multiasesor)
Uso de tecnologías
El avance de la tecnología ha producido un uso extensivo de ellas no solo como herramienta analítica, sino para brindar asesoría a través de plataformas inteligentes como los robo advisors y aplicaciones. El modelo que prevalecerá sería un modelo híbrido que combine la asesoría humana (casos más complejos y grandes clientes) y la asesoría basada en tecnología (casos más simples y clientes más pequeños)
Asesoría basada en metas
Los inversionistas no buscan necesariamente una rentabilidad per se, sino una rentabilidad asociada a conseguir metas específicas: próximas vacaciones, educación de nuestros hijos, capital para nuestra empresa, etc. Somos más de fijar metas que buscar una rentabilidad objetivo. La asesoría de inversión en los últimos años ha ido migrando hacia este enfoque.
Transferencia de riqueza
En las siguientes décadas se producirá una transferencia generacional de riqueza sin precedentes. Los baby boomers transferirán riqueza a sus hijos quienes manejarían la riqueza de una forma muy distinta que las de sus padres, siendo más intensivos en el uso de tecnología y con nuevas formas de relacionarse con sus asesores; es decir, con un enfoque muy distinto al de sus progenitores. Corresponde a las firmas adecuar su oferta de servicios a este nuevo cliente.
Inversión sostenible
La inversión sostenible ha llegado para quedarse. El nuevo inversionista no solo se busca buenos retornos, sino generar un impacto positivo que sea fiel a sus creencias y valores. Lo anterior explica el crecimiento de inversiones socialmente responsables y con buen gobierno corporativo (SRI y ESG)
Un entorno de inversión desafiante
Atrás quedaron entornos de bajas tasas, inflación y volatilidad de las últimas décadas (gran moderación). Hoy navegamos en entornos de mayor incertidumbre, mayor inflación y volatilidad macroeconómica y financiera. Las recetas de antaño no necesariamente son aplicables y la adaptabilidad al entorno cambiante es una constante.
Estamos ante un periodo de cambios significativos en la industria de gestión patrimonial que exige nuevas formas de asesoría que se adapten a nuevos perfiles de clientes y estén a la par con el avance tecnológico. ¡Es tiempo de evolución!