En política, hay pocas casualidades, y si se trata con chinos, aún menos. La planificación es su fuerte, y algo de planificación no nos vendría mal en occidente. No es casual que justo antes de que se celebre la cumbre de la APEC en el Perú, este próximo 10 de noviembre hasta el 16, hayan tenido lugar un par de encuentros clave. El presidente de la Agencia de Noticias China Xinhua, Fu Hua, se reunió primero, el 19 de septiembre, en Pekín, con Marco Vinicio Balarezo Lizarzaburu, embajador de Perú en China; y segundo, con Félix Alberto Paz Quiroz, director general de la Agencia de Noticias Andina de Perú, aprovechando su presencia en la VI Cumbre Mundial de Medios, que tuvo lugar en Urumqi, capital de la Región Autónoma de Xinjiang. El presidente Xi no ha dejado de recalcar a lo largo de sus tres mandatos presidenciales, que hay que contar bien la historia de China (jiǎng hǎo Zhōngguó gùshì,讲好中国故事). Se refiere a la idea de presentar de manera efectiva y positiva la cultura, el desarrollo y los logros de China. Está claro que estos encuentros están destinados a encaminar bien la narrativa del acontecimiento que está por venir.
El presidente Xí ha confirmado su presencia en la cumbre y, cuando Xi se moviliza, toda China viaja con él. Para entendernos, los viajes de los presidentes chinos hoy en día son como los viajes de los presidentes americanos. Hay todo un ecosistema que se mueve a su alrededor, que igualmente se desplaza en esos viajes presidenciales, y que es necesario comprender en toda su dimensión, para saber aprovecharlos al máximo.
Xi aprovechará así mismo la ocasión de la cumbre para realizar una visita de Estado al Perú. Y entre otras cosas, parece que está previsto que, chino mediante, más en concreto los 1.300 millones de dólares invertidos por el gigante naviero chino y mundial COSCO inaugure el megapuerto de Chancay. Desde que en 2014 China se convirtiera en el primer socio comercial de Perú, desbancando de ese puesto a Estados Unidos, el país del centro cayó en la cuenta del potencial de los minerales peruanos, y de la utilidad que tendría el convertir al Perú en el hub logístico del continente de cara a todo el comercio a lo ancho y largo del Océano Pacífico. Parece que el momento de China ha llegado, mientras Estados Unidos opta por la estrategia contraria: retirarse a sus cuarteles de invierno, aparentemente protegido por el escudo de la MAGA (Make America Great Again). Si la historia no falla, es en los mares, donde las naciones se han hecho grandes.
Esta APEC le coge a los Estados Unidos a trasmano, porque justo celebra elecciones el 4 de noviembre, unos días antes del comienzo de la misma. Uno tiene, sin embargo, la sospecha de que aunque hubiese sido en otras fechas, o bien el águila se habría dejado ir en un vuelo ensimismado, de esos a los que nos tiene acostumbrados últimamente; o bien que simplemente su presidente no viajaría, porque su salud no se lo permite. En cualquier caso nada muy positivo, para quien todavía pretende aparecer robusto en la escena internacional.
Una vez más, China mueve alfil, y tiene para contar una de esas historias que le gusta contar: una historia de éxito. Así que se dará un baño de multitudes entre mega-proyecciones, mega-exportaciones, y mega-personalidades. En cuanto a estas, ya hay algunos que no se lo quieren perder. En primer lugar, está Lula, siempre presto a coger el primer balón de oxígeno, que se le presente. En eso no suele nunca marrar. Y si no, recuérdese que fue de los primeros presidentes en visitar a Xi, cuando éste levantó el confinamiento en el País del Centro en enero de 2023.
Otros, lo hacen más bien cumpliendo la función que les corresponde. Este es el caso del presidente de Vietnam, To Lam, que realizará, como Xi, una visita oficial en el marco de celebración del 30 aniversario de las relaciones diplomáticas bilaterales entre el Perú y Vietnam. Asimismo, asistirá el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, país del que nuestros países latinoamericanos, deberían de aprender más de alguna cosa. Entre otros confirmados, se encuentran el sultán Hassanal Bolkiah, jefe de Estado de Brunei, y los primeros ministros de Malasia, Datuk Seri Anwar Ibrahim, y de Singapur, Lawrence Wong.
Como se sabe, El APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico) está compuesto por 21 economías, que incluyen a Australia, Brunei, Canadá, Corea del Sur, Chile, China, Estados Unidos, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Perú, Rusia, Singapur, Taiwán, Tailandia y Vietnam. Se estableció en 1989 y agrupa a economías que representan más de un tercio de la población mundial, además de casi el 54 % del Producto Interno Bruto (PIB) global y aproximadamente el 44 % del comercio internacional.
Como se decía, todo son cifras mega, muy susceptibles de ser explotadas por sí mismas, o bien dentro de una narrativa de éxito, tal y como le gusta al máximo mandatario chino. Estados Unidos, por excusarlo, está de elecciones, pero bien es sabido que China, como la naturaleza, aborrece el vacío. El horror vacui siempre ha sido insoportable.