La IA ha sido el gran tema de conversación durante estos últimos años. Aunque hemos estado escuchando constantemente los términos IA Generativa desde el debut público de ChatGPT 3.5 en noviembre de 2022, fue en 2023 cuando empezamos a aprender sobre esta tecnología y luego en 2024, cuando comenzamos a aprovechar la herramienta en muchos aspectos de nuestras vidas, incluso en la educación.
La IA está cada vez más integrada al flujo de trabajo y al estilo de vida de las personas. Al término de este año, podemos abordar algunos mitos y verdades que han ido apareciendo en este proceso. Una de las primeras dudas que surgieron en torno a la IA fue si sería el fin de los grandes escritores y de las habilidades de redacción. Sin embargo, no ha sucedido ni sucederá; al contrario, la IA es una herramienta valiosa para agilizar pensamientos y citas complejas, pero no es superior a la capacidad de los humanos de escribir con claridad y fluidez, características que siguen siendo esencial para las empresas.
Si algo nos ha quedado claro en este tiempo, es que los seres humanos deben estar en el centro del uso de la IA. La creencia de que la tecnología automatizaría las decisiones humanas se ha contrastado con una mayor demanda de decisiones e interacciones humanas significativas. Además, al automatizar las actividades repetitivas, se libera más tiempo para la colaboración y la innovación.
Desde que la IA empezó a emerger en el dominio público, hemos oído frases que hablan de una sustitución de profesionales de distintos sectores. En educación, por ejemplo, se llegó a pensar que la IA sustituiría a los educadores, pero nos hemos dado cuenta que esta tecnología puede ayudar a aumentar la eficiencia administrativa en las aulas y a racionalizar y personalizar los programas de clase, pero nunca a sustituir la relación profesor-alumno.
Ahora bien, ¿qué pasa con la integridad académica en este escenario? Si bien el uso de la IA ha venido creciendo, solo la Unión Europea cuenta con un marco regulatorio aprobado en la materia, en América Latina aún no contamos con una normativa unificada de uso a nivel regional, pero Chile desde 2021 está impulsando la regulación del tema, Brasil ha avanzado mucho en materia de IA en fintech, Perú cuenta con una regulación y México, desde 2020 ha ingresado al menos 58 iniciativas para orientar el uso.
A nivel global, el reto es mucho mayor, porque implica la organización entre diferentes actores: gobiernos, asociaciones empresariales y pactos internacionales; que definan una regulación transversal sobre los usos permitidos de la IA. Mientras tanto, así como los países están trabajando en sus políticas al respecto, las instituciones educativas -a un nivel menos macro- también pueden mejorar sus códigos de ética y políticas de uso para alinear la integración de la tecnología. En este proceso, la alfabetización es fundamental para el éxito de la integridad.
Como hemos dicho durante este 2024, la IA está aquí para quedarse y es una oportunidad para mejorar el proceso de integración y uso. Un estudio realizado por Tyton Partners* sobre la educación superior en EE.UU. señala que, el 59% de los estudiantes encuestados utilizan la IA al menos una vez al mes, mientras que el 44% de los estudiantes afirmaron haber pagado por plataformas de IA para mejorar sus trabajos académicos, en contraste con el 13% de los profesores. Estos datos subrayan la urgencia de la capacitación de los académicos.
Es cierto que la IA ha traído consigo aún más retos para el sector educativo, que atraviesa una época de considerable transformación. Sin embargo, así como hay tecnología que desafía, también hay soluciones que ayudan a calmar las últimas preocupaciones de académicos y administradores. Para hacer frente al creciente uso de GenIA en las aulas, Turnitin lanzó en abril de 2023 su función de detección de escritura con IA. Una innovación educativa que responde a los datos recolectados durante el primer año de funcionamiento.
Tras más de un año de uso y más de 200 millones de trabajos analizados, los datos sobre la presencia de IA en la redacción de trabajos de estudiantes indican un uso continuado de la tecnología durante el proceso de redacción: más de 22 millones (aproximadamente el 11%) tienen al menos un 20% de escritura AI presente*, mientras que más de seis millones (cerca del 3%) presentan al menos un 80% de escritura con IA*.
En definitiva, con el tiempo, las dudas e incertidumbres han ido dando paso a la integración. La IA viene acompañada de soluciones aliadas que ayudan a comprenderla y a canalizar su correcto uso. En un escenario donde la IA existe y seguirá existiendo, ha sido importante perder el miedo a la innovación para dar paso a los beneficios de la tecnología en la vida de las personas. En esta transición tecnológica creemos que la educación es clave para conducir correcta y éticamente el uso de soluciones de vanguardia que pongan al ser humano en el centro de su desarrollo.
*Turnitin fue un socio que proporcionó financiación para llevar a cabo la investigación y los informes de Tyton Partners: Time for Class 2023, Time for Class - Fall 2023 Update y Time for Class 2024.