Ser parte de un consejo de administración o directorio implica una labor compleja y demandante, alejada de la percepción errónea que sugiere cobrar una generosa suma por asistir a reuniones esporádicas. Este mito, entre otros, ha llevado a la creencia equivocada de que la vida de un consejero se limita a copas y puros. En realidad, la actualidad empresarial impone tensiones extraordinarias a los CEOs y, por ende, a los consejeros. El marco regulatorio, los grupos de interés y factores macroeconómicos como la pandemia de Covid, la guerra en Ucrania y la inflación, elevan las responsabilidades a niveles inusitados, incluyendo consecuencias penales.
Esta presión se traduce en CEOs y accionistas influyentes que buscan convertir a los consejeros en meros aprobadores pasivos, temerosos de no ser renovados. La paradoja radica en que, aunque los consejeros no participan en la gestión cotidiana, son responsables del destino de la empresa. Aprobar estrategias y monitorear su ejecución son tareas cruciales. El desafío actual consiste en equilibrar el aumento de la dedicación con la creciente brecha entre la remuneración y el tiempo invertido.
Frente a este escenario, surge la pregunta clave: ¿Cómo pueden los consejeros mejorar su eficacia y romper el círculo vicioso entre buen gobierno y dedicación excesiva? La investigación compartida con el profesor Pablo Foncillas ofrece respuestas valiosas. Identifica mitos arraigados en la práctica de los consejos que obstaculizan su eficacia:
- Onboarding débil: la incorporación de nuevos miembros es descuidada o inexistente.
- Agenda del consejo problemática: la planificación de las reuniones carece de estructura.
- Falta de confianza: la relación entre consejeros y con el equipo directivo es menos sólida de lo necesario.
- Dinámicas del consejo deficientes: falta de enfoque en la estrategia, diversidad e inclusión, y el equilibrio entre accionistas y partes interesadas.
El hilo conductor de la investigación es la percepción del consejero, desde su ingreso hasta su compensación. La confianza emerge como la piedra angular de la eficacia del consejo. El informe no solo identifica problemas, sino que también propone soluciones prácticas y plantea preguntas clave para la reflexión anticipada del equipo directivo:
- ¿Cómo fortalecer el onboarding para nuevos miembros?
- ¿Cómo mejorar la estructuración de la agenda del Consejo?
- ¿Qué acciones fomentarán la confianza entre consejeros y con el equipo directivo?
- ¿Cómo optimizar las dinámicas del Consejo para abordar estrategia, diversidad e inclusión?
La esencia de este enfoque radica en reconocer que las percepciones y las preguntas son herramientas poderosas para desmantelar mitos y mejorar la eficacia de los consejos. En palabras de Albert Einstein, "la formulación de un problema, es más importante que su solución". En la complejidad del liderazgo corporativo, las preguntas adecuadas son la brújula que guía hacia un buen gobierno corporativo.