Ya empezó 2024 y con él, las expectativas que tienen los agentes e inversionistas sobre lo que nos deparará este nuevo año lleno de conflictos geopolíticos, económicos y financieros.
Las perspectivas económicas y de mercado de cara a 2024 del banco alemán Deutsche Bank, señalan una apuesta importante por los bonos corporativos de alta calidad -en menor medida, también por los bonos soberanos de alta calidad- y a mantenerse neutrales en las bolsas de valores.
La institución financiera ha puesto de relieve que esa es su estrategia de inversión bajo la premisa de un escenario compuesto por una desaceleración de la actividad, pero sin recesión; menos inflación, pero todavía sin alcanzar el objetivo del 2%, y bajadas de los tipos de interés que, en todo caso, dependerán de lo anterior. En ese sentido, la firma prevé que el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos empiecen a bajar los tipos a mitad de 2024; el BCE los reducirá al entorno 3% para final de ese ejercicio y su homólogo estadounidense en torno al 4%.
Por su parte, las carteras equilibradas que obtienen ingresos de activos de alta calidad, como el crédito con grado de inversión y los sectores titulizados, así como protección de la deuda pública, constituyen una opción de alto valor, en opinión de los expertos de Goldman Sachs Asset Management (GSAM), tal como se destaca en sus perspectivas para la renta fija en el primer trimestre de 2024.
También ven oportunidades a largo plazo para impulsar el crecimiento sostenible, incluidas asignaciones a bonos verdes, sociales y sostenibles añaden.
“Creemos que 2024 será un año para restablecer el equilibrio, tanto en las decisiones políticas como en las carteras”. Los bancos centrales navegan en el delicado equilibrio de acercar la inflación al objetivo y mitigar al mismo tiempo el riesgo de un crecimiento más débil. En este aspecto, estiman que los recortes de los tipos de interés cobrarán impulso a medida que avance el año.
Asimismo, para Bank of America, el próximo año los inversores deberían centrarse en empresas de los sectores de consumo discrecional, energía, financiero e inmobiliario. Dentro de la renta fija, otorgan buenas perspectivas a los bonos a largo plazo de toda calidad, incluida la deuda de alto rendimiento y con grado de inversión, así como los bonos del Tesoro estadounidense y los cupones de los mercados emergentes.
Si bien tenemos proyecciones y perspectivas para todos los gustos, lo cierto es que la calidad debería ser la principal prioridad de los inversores durante el 2024. Seleccionando sectores estratégicos como tecnología, energía, financiero e inmobiliario. Los activos de alta calidad con elevados rendimientos sobre el capital invertido y los márgenes operativos, así como un endeudamiento mínimo, deberían obtener interesantes resultados, así como en renta fija como los bonos de calidad las mismas que podrían proporcionar ingresos más que constantes.