Como es sabido, el presidente de la República de Chile desarrolla las funciones de jefe de Estado, simbolizando y representando los intereses permanentes del país. A su vez, como jefe de Gobierno, es quien dirige la política gubernamental. Sin embargo, hay un término que pareciera ser que al presidente Gabriel Boric le costaría comprender y éste es simbolizar el cargo que le confió la Nación, que no es otra cosa que la representación expresiva de la República.
Y si bien cada mandatario tiene un estilo propio, y el presidente tiene el suyo, hay cuestiones que van más allá del sello personal. Como, por ejemplo, desde caer en tentaciones ideológicas en materias de política exterior en donde pareciera ser que más importaría la afinidad personal respecto de cuánto significaría fortalecer las relaciones de Chile con otros países más allá del credo político, hasta el respeto por las tradiciones republicanas y ritos comunes.
Y a propósito de tradiciones, el saludo de la Guardia de Palacio de La Moneda que no es otra cosa que la expresión de honores al presidente de la República, que se realiza históricamente a todos los gobernantes de Chile desde los inicios de la República, ha mantenido una solemnidad propia de la tradición la cual es correspondida por los gobernantes con la debida reciprocidad formal de quien ejerce el cargo. Pues bien, ahora dicha formalidad pareciera ser tomada con cierta relatividad por un presidente que concurre en short y con una camiseta de un equipo de fútbol, que so pretexto de hacer ejercicio, llega con naturalidad y recibe los honores de Chile en una tenida disruptiva o fresh dirán algunos. Para ser más gráfico, ¿se imagina usted siendo Carabinero y haber sido escogido para desempeñar tan honrosa, digna y protocolar función en Palacio de la Moneda y uno de sus colegas, de sus camaradas, llega recién salido de la pichanga del barrio a dicho acto?
Hace algunos días fuimos testigos del lamentable deceso de una honorable diputada de la República, y claro, como era evidente en dicho acto, se formó una guardia de honor en la que distintas figuras del acontecer político y por cierto autoridades, entre ellas, el presidente Boric acompañaron los honores que se le brindaron a dicha parlamentaria, en donde nuevamente la figura del presidente no pasó inadvertida, pues la forma y el fondo si importan.
Y es que no solo se trata de forma y fondo, se trata de ejercer el cargo, de entenderlo y asumirlo, no de habitarlo. Por lo demás, la forma importa tanto como el fondo y viceversa, mucho más ante el discurrir existencial de la imagen que proyecta quien está a cargo de la más alta institucionalidad de la República.
En razón de lo expuesto, nunca estará demás profundizar sobre dos frases que datan desde los inicios de la República en Roma, una de ellas: “no solo serlo, sino parecerlo”, en donde si extrapolamos la frase a nuestra contingencia, la majestad del cargo de presidente de la República debe ser ejercida y percibida; y la otra, versa sobre el no obnubilarse con el cargo cayendo en posturas narcisistas: “memento mori”, cuyo significado es: “recuerda que eres mortal”, la cual era utilizada ante los generales y jefes militares cuando regresaban cubiertos de gloria y soberbia al ganar una batalla, se les recordaba la fugacidad de la vida, en nuestros tiempos, la fugacidad del poder.
Finalmente, me dirijo a usted que lee esta nota, lo invito a reflexionar sobre la importancia de elegir, lo invito a hacernos responsables de nuestras decisiones electorales. No use como argumento trillado ese que dice: “la política a mí no me interesa”, porque la verdad de las cosas es que sus decisiones electorales si lo afectan, sino me cree, mire el desborde criminal que tenemos como país, donde hemos normalizado y se han profesionalizado los homicidios (105 en septiembre), donde nos hemos acostumbrado a vivir con miedo y la esperanza no la vemos. Un Chile donde el hampa se siente segura y mata a la luz del día, donde el crimen (delito) tiene un costo del 2% del PIB, en donde usted se siente extranjero en su casa, en donde las prioridades país (seguridad, migraciones, corrupción, accesos dignos en salud, educación, pensiones y unidad nacional) que usted al igual que yo tenemos, no son las del gobierno y no lo son en tanto y en cuanto el modo en el que se encuentran es de subsistencia política, es decir, llegar al 2026 al costo que fuere, con una agenda reactiva focalizada en cubrir los daños colaterales de las crisis auto generadas.
Así las cosas, la política se hace día a día, con civismo, sin insultos, escuchando nuevas opciones, con acuerdos y diálogos, anteponiendo el cumplimento de mis deberes ante mis derechos, llamando a los jóvenes a hacerse responsables comprendiendo la importancia del respeto como elemento básico de la convivencia social y no llamándolos a la rebeldía.
“Quien tenga ojos para ver, que vea y oídos para oír que oiga”.