Vehículos autónomos, una red térmica que no usa combustibles fósiles, edificios modulares de bajo costo con usos flexibles, y sistemas robotizados de reparto y manejo de desechos son parte de lo proyectado.
Sidewalk Labs, la compañía de innovación urbana de Alphabet Inc, espera iniciar la construcción de su primer proyecto de ciudad inteligente en Toronto en 2020 y comenzará a probar algunas de las tecnologías propuestas este verano boreal, dijo a Reuters su presidente ejecutivo.
Esta es la primera vez que se revela públicamente un cronograma del proyecto, diseñado para un uso más eficiente del terreno, recortar costos y conservar la energía en uno de los mercados inmobiliarios más caros del mundo en momentos en que los desarrolladores luchan por seguir el ritmo de crecimiento de la población.
La agencia con apoyo gubernamental Waterfront Toronto solicitó en marzo de 2017 propuestas para desarrollar un área de 4,86 hectáreas de uso mixto de forma amigable con el medioambiente, que cree empleo y sea accesible para personas de todas las edades e ingresos.
Esa es la primera parte de un proyecto de revitalización de unas 323,75 hectáreas de vertedero industrial al este del centro de la ciudad, en Lago Ontario.
Sidewalk Labs fue seleccionada en octubre gracias a una propuesta que incluyó vehículos autónomos, una red térmica que no usa combustibles fósiles, edificios modulares de bajo costo con usos flexibles, y sistemas robotizados de reparto y manejo de desechos.
El plan de desarrollo sería aprobado por los directorios de Sidewalk y Waterfront Toronto antes de fines de 2018, y los primeros residentes podrían mudarse tan pronto como en 2022, dijo el presidente ejecutivo Dan Doctoroff en una entrevista.
El cronograma está sujeto a la aprobación del Gobierno y otros procesos que Sidewalk espera que consuman la mayor parte de 2019, dijo Doctoroff.
“Quayside será un prototipo para una oportunidad mayor”, dijo Doctoroff. “Nadie ha tenido éxito en lo que intentamos hacer. Hasta el momento, estoy emocionado por como se han dado las cosas (...) Pero no estoy tan optimista sobre los desafíos”, agregó.
Otros proyectos de ciudades inteligentes han fallado en gran medida debido a sus presupuestos, la participación de demasiadas partes, y el uso de recursos públicos para su desarrollo sin beneficios inmediatos para la población general.