Sebastian Trivière-Casanovas, quien lidera la apuesta formativa, detalla en esta entrevista los principios inspiradores de este proyecto que comienza sus clases en septiembre próximo. “El enfoque de esta escuela es que sea un 90% práctica. Será una transferencia de knowhow concreto desde un emprendedor hacia el aprendiz de emprendedor”, asegura.

Sebastian Trivière-Casanovas es abogado. Sin embargo, los códigos y los litigios en tribunales fueron quedando un poco de lado cuando empezó a idear formas de materializar un viejo anhelo. “Desde el primer año de universidad quise montar mi proyecto de empresa”, dice. El bichito del emprendimiento lo había picado. 

Fue así como, después de algún tiempo y de analizar ideas, se atrevió con Educa-System, firma que contribuyó a profesionalizar en España el rubro de las clases particulares a domicilio. Su segunda iniciativa fue Educa-Training, compañía que presta servicios formativos a empresas. Ambas ya comenzaron su proceso de internacionalización, la primera en México y la segunda en Colombia. 

Pero Trivière-Casanovas tenía otra apuesta en mente: dar vida a una escuela de negocios creada por y para emprendedores. Esto, porque dada su experiencia previa, la capacidad de observación y el haber cursado un MBA en Esade, identificó una carencia del mercado ibérico y, quizás, global. Así lo explica él: “Me encontré con compañeros del máster y otras personas que habían dado vida a sus proyectos. Llegamos a la misma conclusión: que en las escuelas de negocios no enseñan cómo crear empresa. Pueden preparar en la forma legal o la manera de hacer el business plan, mas no el cómo hacer las cosas concretas. Eso nos habría ahorrado mucho tiempo”.

Ese fue el origen de la Escuela Superior de Iniciativa Emprendedora (ESIE) que, con sede en Barcelona, inicia sus clases en septiembre próximo (ver aquí discursos del evento de lanzamiento). Pero se suma también una inspiración más coyuntural y es la “oportunidad que hay ahora en España. Con la crisis, el emprendimiento es una alternativa para mucha gente y, como muchos no saben como hacerlo, requieren un asesoramiento”, manifiesta.

De este modo, señala que la instancia tendrá un componente práctico de 90%. “Será una transferencia de knowhow concreto desde un emprendedor hacia el aprendiz de emprendedor. Si bien habrá una base teórica para que todos tengamos el mismo vocabulario y un nivel mínimo en cada materia, después todo va a la aplicación”, destaca.

Sebastián, ¿cuál será el perfil de los estudiantes? ¿Deben tener una propuesta de negocio para desarrollar?

En primer lugar, están los recién graduados de la universidad que tienen una idea de negocio y que, si bien están convencidos de que es buena, no saben cómo llevarla a cabo. Luego está el autónomo (en España es el autoempleo o trabajador independiente), que quiere dar el salto hacia una estructura de empresa. Por último, aparecen quienes están desempleados, los que buscan trabajo, no lo encuentran y que piensan que pueden tener un proyecto para desarrollar.

En este contexto, analizaremos la viabilidad mínima de la idea. A lo largo del máster, cada vez que pasemos de una materia a otra trabajaremos con el aprendiz esa parte concreta de su propuesta. 

Además, cabe mencionar que mientras dure el programa intervendrán inversionistas ángeles y de capitales de riesgo, quienes no sólo expondrán el tipo de opciones que buscan, pues también darán una opinión sobre las ideas que pretenden concretar los alumnos.

¿Qué programas tendrá la escuela inicialmente?

Tendremos tres modalidades. Uno es el Máster Emprendedor Part Time, que se extenderá por nueve meses y se impartirá los viernes por la tarde y los sábado por la mañana. Esto permite desarrollar a un ritmo adecuado la idea de negocio y es para quienes tienen otros compromisos. Luego está el Full Time, que es de lunes a viernes por cinco horas diarias. Dura cuatro meses y está destinado a quienes no tienen otras actividades y desean sacar adelante rápido la empresa.

La tercera vía es para, por ejemplo, aquellos que ya tienen su emprendimiento y están interesados en tomar sólo uno o dos módulos de los nueve que contempla el máster (Internacionalización, Marketing, Entorno legal, Contabilidad y finanzas, Gestión de operaciones, Sistemas de información, Management, Estrategia y Proyecto final). Es decir, si una persona ya creó su compañía y pretende internacionalizarse, puede coger sólo el módulo de Internacionalización.

¿Han pensado en hacer cursos online, con la idea de que puedan participar latinoamericanos?

Sí. Este año (período lectivo 2013/2014) el máster será sólo presencial. Según como nos vaya y las solicitudes que tengamos, para el curso de 2014/2015 podríamos tener una alternativa online.

¿En qué plazo se podría ampliar la oferta presencial?

Eso está en el mismo espíritu emprendedor que queremos transmitir y, aunque podemos definir una estrategia de largo plazo, es difícil decir que de aquí a tres años esperamos tener una sede en Santiago de Chile y otra en Buenos Aires, Argentina. Yo tengo una idea de dónde quiero llegar, pero todo va a depender de la aceptación que tengamos. Hasta ahora hemos tenido muy buena recepción, según lo que me dicen y solicitan; no obstante, las decisiones las voy a fundamentar en la realidad del negocio. 

En el contexto de crisis que vive España, ¿cuál es el aporte de ESIE?

Dar una opción a las personas que se encuentran en una situación profesional, y por lo tanto económica, extremadamente difícil. Proponemos que, finalmente y bajo el valor de la responsabilidad, cada uno tome las riendas de su futuro, de modo que tenga las herramientas necesarias para desarrollar su propia actividad, generar ingresos y hacer crecer la economía. Eso buscamos: ayudar a que cada uno ponga su granito de arena para la sociedad y para él mismo.

Hoy la competencia es ardua entre las escuelas de negocios, sobre todo en España. ¿Cuál es la estrategia para hacer frente a esto?

La respuesta es sencilla. Lo primero es que ESIE será la única escuela de negocios que se dedica a emprendedores y con un cuerpo docente integrado en un 100% por emprendedores (…) Tuve una solicitud de una conocida universidad de Barcelona para colaborar. Pensamos que, si nos iba a ayudar en la comercialización, muy bien; sin embargo, pedían poner profesores de esa entidad. Yo no quiero perder la característica de que el 100% de los docentes sean emprendedores. Podríamos poner a hacer clases a quienes sólo tienen un perfil académico, que de seguro son muy buenos, pero también es cierto que quizás podrían no responder a una pregunta de emprendedor.