Ante la permanente pérdida de aportación al PIB nacional de la industria manufacturera, el país austral busca refugiarse en soluciones tecnológicas concretas que impulsen a este tradicional sector hacia la revolución 4.0. Cadenas de valor entre el Estado, universidades y privados emergen como la gran apuesta.
El advenimiento de la era digital y las nuevas tecnologías ha irrumpido en todo el espectro de actividades. No todo se ha limitado al consumo y entretenimiento, pues la industria también ha sabido de los beneficios de estas innovaciones.
El desarrollo de nuevas tecnologías digitales asociadas a la manufactura está conformando la cuarta revolución industrial. Así, la “Manufactura Avanzada” combina maquinaria y tecnologías digitales para crear valor, lo que se refleja en cadenas de producción inteligentes y conectadas que informan y coordinan la producción, distribución y el proceso de postventa.
De acuerdo a cifras del Banco Central de Chile, en el período 2008-2014 el PIB creció en un 24%, sin embargo, la contribución de la industria manufacturera al PIB nacional disminuyó del 11,2% al 9,95% y se estima que para el año 2024 representará un 8,62% del Producto Interno Bruto (PIB). Entre sus causas está la baja competitividad de este tipo de industria, un ecosistema poco favorable, una baja proyección internacional, desconocimiento y bajo acceso a la manufactura avanzada.
Estos antecedentes motivaron a la Corfo (Corporación de Fomento de la Producción) para iniciar un programa de innovación en manufactura avanzada en 2018, que tiene como uno de sus objetivos potenciar la reconversión y modernización de las empresas manufactureras, aportando así al desarrollo de Chile.
“Creemos que es fundamental el aporte de la tecnología e innovación para buscar soluciones que puedan contribuir a un desarrollo sostenible e inclusivo”, comenta a AméricaEconomía Pablo Terrazas, vicepresidente ejecutivo de Corfo.
Entre las tecnologías y soluciones claves están la mantención predictiva, sistemas de control avanzado, manufactura aditiva, impresión 3D, automatización avanzada, sistemas de medición no invasivos, robótica, modelos digital twin y realidad aumentada.
Según describe Terrazas, este programa fomenta una dinámica asociativa entre desarrolladores y proveedores tecnológicos de manufactura avanzada, centros tecnológicos, universidades -nacionales e internacionales-, y especialmente empresas chilenas que requieren incorporar y adaptar estas tecnologías. El proyecto pretende potenciar procesos de transferencia tecnológica que permitan capturar el máximo beneficio posible en las cadenas de producción para Chile.
En ese contexto, la Universidad de Chile, en conjunto con la Asociación de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas A.G (ASIMET) y Corfo, concretaron una alianza para darle continuidad a objetivos como aumentar la productividad y el número de empleos asociados a las empresas manufactureras del país. Fue así como el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Chile (DIMEC U. Chile) logró adjudicarse 1.700 millones de pesos (unos US$ 2,1 millones) del Programa Tecnológico Estratégico: Hacia una Manufactura Avanzada a partir de la Revolución Tecnológica de Corfo.
LA INYECCIÓN TECNOLÓGICA
La industria 4.0 se caracteriza por el rápido avance de un conjunto de tecnologías disruptivas asociadas a la generación, almacenamiento y procesamiento de datos, la interacción humano-máquina y la conversión digital a física, las que permitirán la digitalización del sector manufacturero. .
“Los principales desafíos levantados van desde el análisis en tiempo real hasta la toma de decisiones críticas automatizadas, pasando por la capacidad de predecir eventos críticos en la cadena de producción, o evitar fallas de seguridad”, explica Terrazas.
Entre las tecnologías y soluciones claves que destaca el directivo de Corfo están la mantención predictiva, sistemas de control avanzado, manufactura aditiva, impresión 3D, automatización avanzada, sistemas de medición no invasivos, robótica, modelos digital twin y realidad aumentada. El DIMEC U. Chile, en vinculación con la industria, es el llamado a aportar con el desarrollo de estas soluciones
La introducción de tecnología avanzada en procesos industriales apunta directamente al aumento de la productividad y sostenibilidad de las empresas manufactureras, incrementando a su vez la diversificación y calidad de productos y servicios. Otro pilar fundamental es fomentar la colaboración entre empresas para generar cadenas de valor en el ecosistema.
El representante de Corfo agrega: “Estos avances tecnológicos están habilitando una nueva manera de hacer manufactura con modelos de negocios que aumentan la competitividad de las empresas y generan innovaciones, que toman forma en nuevos productos y servicios de mayor valor agregado”.
APLICACIONES EN LA MINERÍA
El Programa de Innovación en Manufactura Avanzada, comenzó a ejecutarse a fines de 2018. En un período de cinco años contempla la ejecución de un portafolio de proyectos, orientados al desarrollo de soluciones con las tecnologías antes mencionadas.
Aunque por ahora no parecen abundar casos concretos de éxito, y los avances del país parecen más bien tímidos, sí destacan algunos ejemplos. El análisis de aceite en los equipos de la gran minería de Chile requiere el procesamiento de grandes bases de datos multidimensionales y monitoreo constante de las condiciones existentes. La creciente sensorización de sistemas productivos industriales y la subsecuente acumulación de datos obliga el desarrollo de una capacidad analítica capaz de interpretar una base de datos mucho mayor que la tradicional. Por eso el Programa de Innovación en Manufactura Avanzada (IMA+) de la Universidad de Chile y las empresas MCM Ingeniería y Seguel Robotics desarrollaron un sistema de diagnóstico automatizado.
El sistema está diseñado para identificar potenciales fallas en los equipos de forma automatizada a través de una metodología de inteligencia artificial basada en deep learning. A través de este desarrollo, la gran minería de Chile puede procesar 200 muestras en menos de un minuto, mientras antes se realizaba en tres días. Equipos que se medían una vez al mes, ahora se miden a cada minuto. Además, el 50% de los diagnósticos realizados por este sistema no requiere de supervisión por un especialista, por lo que los analistas expertos pueden enfocar sus esfuerzos en análisis complejos. Este porcentaje puede aumentar en el futuro, ya que los diagnósticos del sistema serán retroalimentados con los análisis de los expertos y se le agregará un proceso automatizado de actualización de los datos.
A través de esta tecnología, la industria puede detectar de forma temprana las fallas en sistemas o componentes críticos, disminuyendo la posibilidad de fallas imprevistas y aumentando la seguridad de las personas y activos. Con esto, la industria se ahorraría casi un 50% de horas hombre en la evaluación de los análisis de aceite, lo que hace a la industria minera más competitiva y económica.