Marcos Pupo, VP de Tecnología Cloud en Oracle Latinoamérica, comparte con AETecno los alcances de los nuevos lanzamientos de la empresa, mientras analiza también la respuesta de los negocios ante las exigencias derivadas de la crisis pandémica.
Si desde hace algunos años ya que se viene hablando del boom cloud, la contingencia del 2020 en el mundo empresarial acelerará aún más esta tendencia. Según estimaciones, para 2022, más del 50% de las compañías en Latinoamérica contará con gestión integrada en la nube. A su vez, consultoras como IDC postulan que para la etapa post COVID-19, la nube híbrida emerge como la tendencia más importante en América Latina, especialmente en las cargas de trabajo críticas.
Atendiendo esta dinámica, en su reciente evento anual, Oracle anunció una serie de lanzamientos enfocados en potenciar su oferta en el sector. Un ejemplo es Oracle Dedicated Region Cloud Customer, su primera región nube que trae el 100% de los servicios de nube pública de Oracle a los data centers de los clientes.
Según la norteamericana, esta es una solución para empresas que enfrentan barreras al trasladar sus datos fuera del país, debido a los distintos requisitos legales o reglamentarios, las preocupaciones de seguridad o porque sus aplicaciones y bases de datos locales están integradas. Así, los clientes tienen la posibilidad de tercerizar completamente sus servicios en la nube pública de Oracle u optar por tener todos los beneficios de esta nube en sus propios recintos.
Sin embargo, el anuncio más relevante dice relación con los avances que registra la próxima inauguración de un nuevo data center regional en Santiago de Chile, el segundo después de Brasil. Aunque la compañía no entregó cifras relacionadas a la inversión, se sabe que el proyecto no solo tendrá un impacto en Chile, pues se espera que la nueva infraestructura represente una nueva vía de conexión para otros países de Sudamérica.
Para profundizar en estas temáticas, consultamos con Marcos Pupo, VP de Tecnología Cloud en Oracle Latinoamérica, quien comparte los alcances de estos lanzamientos y analiza la respuesta de las empresas ante las nuevas exigencias y demandas derivadas de la crisis pandémica.
-La nube ha evolucionado mucho durante los últimos años y cada vez es más robusta en cuanto a servicios. En ese sentido, ¿cuáles han sido las principales necesidades o demandas de servicios o aplicaciones de las empresas durante la pandemia? ¿Qué están buscando y cuánto ha cambiado el panorama respecto a la demanda tradicional pre covid?
-Si la nube ya se estaba convirtiendo en un aliado estratégico de las empresas, la necesidad de contar con este tipo de servicios aumentó aún más desde que comenzó la pandemia. El arribo del teletrabajo y las videoconferencias, la educación a distancia y el aumento explosivo del e-commerce, tienen que estar acompañados de un almacenamiento de datos seguro y de infraestructuras automatizadas.
Estas herramientas tecnológicas entregan una solución y permiten una continuidad laboral, pero al mismo tiempo aseguran la seguridad de los datos, que son en la actualidad el motor de las compañías y, por ende, un elemento crítico. Las instituciones están buscando hoy un manejo seguro y eficiente de su información crítica. Es importante que se disminuya el nivel de intervención humana, que es una de las principales causas de los incidentes de seguridad en las organizaciones. La transformación digital es una urgencia en las compañías, las que requieren optimizar sus esfuerzos y sus recursos, por lo que la adopción de nuevas tecnologías que automaticen los procesos de sus negocios es fundamental.
Un ejemplo de cómo incluso empresas que nacieron digitales han tenido que reaccionar rápido como consecuencia de la situación mundial es Zoom. Para satisfacer la creciente demanda de sus servicios, incluido un aumento repentino de 300 millones de participantes diarios en sus reuniones, esta compañía necesitaba capacidad adicional en la nube para soportar esta demanda.
-Aunque la tecnología está jugando un rol protagónico durante esta crisis, es inevitable que muchas empresas disminuyan su presupuesto para inversiones TI. ¿Cómo pretenden abordar esto y qué tan profunda cree que puede ser la afectación?
-Efectivamente, esta crisis mundial ha afectado a las industrias de distinta manera y muchas empresas han tenido que ajustar presupuestos para enfrentar sus nuevos desafíos. En ese sentido, en mayo, IDC pronosticó para el gasto mundial en TI una disminución del 5,1% en 2020, pero el gasto en la nube sigue siendo relativamente resiliente. Se prevé que el gasto en infraestructura de TI siga creciendo en general en casi un 4%, con un gasto flexible por parte de los proveedores de servicios, además de la demanda empresarial continua de servicios en la nube.
Nos encontramos en un momento único, donde las prioridades de las compañías se han diversificado; algunas están cambiando sus modelos de negocios y otras están buscando optimizar procesos para ahorrar costos.
-¿Podría darnos una referencia del perfil de las empresas/negocios que han sido alcanzadas por esta crisis en una etapa casi nula o muy reciente de la transformación digital contrastado con una organización más madura en ese proceso?
-Hay sectores productivos que se han visto más afectados y que históricamente estaban a la vanguardia en procesos de transformación digital. Por ejemplo, la banca, el retail, la manufactura, el transporte o la industria de los seguros. Por otra parte, hay sectores que hasta ahora, tal vez, no habían tenido la necesidad tan urgente de invertir fuertemente en tecnología y que han tenido que adaptarse rápidamente a las nuevas condiciones, como la educación o el sector público.
Ya no hay empresa u organismo que pueda evitar esta transformación. Estamos viendo muchos negocios cerrar sus puertas, porque no estaban preparados, y esto sucede porque muchos aún siguen pensando en lo físico y lo digital en mundos separados, pero el mundo es híbrido.
Muchos ejecutivos repentinamente están pensando en desafíos tecnológicos que anteriormente estaban fuera de su interés (proceso de recursos humanos, cómo pagar facturas de forma remota, ventas remotas, etc.), pero se han comenzado a dar cuenta de que tenían gran necesidad de infraestructuras y plataformas modernas, como la nube, que permitan el trabajo remoto, la gestión, la seguridad y la agilidad.
-Así como se generó un peak generalizado en el tráfico de internet y la contratación de ciertos servicios al inicio de la pandemia, ¿qué cree que sucederá una vez que todo vuelva a estabilizarse? ¿Cómo será esa transición y en qué resultará a largo plazo?
-Efectivamente, de acuerdo a cifras entregadas el mes pasado por la Subtel, en Chile, por ejemplo, hubo un importante incremento en el tráfico de internet a nivel país durante el primer semestre de este año. El tráfico total creció a 2,8 millones de Terabytes, lo que representa un aumento de 40% del tráfico en comparación con el mismo período del año pasado, el cual fue de 2 millones de TB.
Como te decía anteriormente, el actual escenario ha obligado a las empresas a impulsar de una vez su proceso de transformación digital, adecuando sus modelos de negocio. Según el sondeo realizado por Accenture Technology Vision 2017 1, solo dos de cada diez empresas chilenas están invirtiendo actualmente en tecnologías digitales como parte integral de su estrategia de negocio, mientras que cinco de cada diez han hecho inversiones específicas en determinados procesos u operaciones de negocio. Aun así, las compañías son las que están reaccionando más rápido y se están viendo forzadas a acelerar sus procesos de reconversión tecnológica para poder entregar sus servicios a distancia, seguir vendiendo a través de plataformas de e-commerce y atendiendo la gran demanda de consultas o reclamos derivados del aumento del comercio electrónico.
La aceleración del proceso de transformación digital es algo que llegó para quedarse; una vez que volvamos a la “nueva normalidad”, muchos procesos se instaurarán como parte del día a día de las empresas, y el modo de trabajar también se adecuará.
-¿En qué etapa se encuentra el proyecto del data center en Chile y cuáles son sus proyecciones?
-La instalación del data center en Chile sigue siendo parte del plan de expansión global de regiones Oracle Cloud. Este es un proyecto que se anunció en septiembre de 2019 como uno de los 20 nuevos centros de datos que se instalarán a nivel mundial, con una importante inversión que realizará Oracle, con la que se busca brindar a más clientes y socios la oportunidad de aprovechar el poder que tiene la nube de segunda generación en pro de la innovación, impulsando el crecimiento empresarial. Vemos la posibilidad factible de convertir a Oracle en el número uno en aplicaciones en la nube en el país, y una buena noticia es que el data center también alojará software as a service. Por otro lado, queremos seguir creciendo para lograr mayor liderazgo en infraestructura de nube y creemos que el data center va a permitir esa consolidación.
La fecha exacta de puesta en marcha aún no la podemos confirmar con un cien por ciento de seguridad, porque también dependemos un poco de la contingencia mundial, pero su habilitación está confirmada, y si se cumple el plan original debiera ser antes de fin de año.
-¿Podría darnos algunas referencias o contexto que ayuden a dimensionar el impacto o la importancia de contar con un data center local?
-Oracle está trabajando para tener cobertura en puntos estratégicos en los distintos continentes, con un enfoque en los países que presentan más demanda. En Sudamérica, Brasil ya cuenta con un data center, y está pronta la construcción de una segunda región que se sumará al de Chile.
Chile no fue elegido al azar dentro de los países que tendrán Oracle Cloud Infrastructure, sino que responde a la demanda que han tenido los clientes locales por el uso de la nube y de data centers. El hecho de tener esta tecnología en el país va a permitir principalmente una mejor experiencia de cliente, con la ventaja de una menor latencia. De hecho, enviar datos hoy desde Chile a los servidores de Oracle en Estados Unidos toma 144 milisegundos, mientras que el tiempo que tardaría desde el data center construido en Chile para que nuestros clientes pudieran ejecutar sus cargas de trabajo solo tomaría 20 milisegundos. Es una disminución muy significativa. El impacto al final del día también se traspasará a los clientes de nuestros clientes, quienes podrán acceder de manera más expedita a sus servicios.
Otra ventaja que se presenta en las organizaciones es que les entrega una seguridad adicional a aquellos clientes que por regulaciones o políticas propias no pueden tener sus datos fuera del país. Poder contar con un data center operado por un tercero, además, les permite desligarse de la mantención que requiere un centro de datos y dedicar el cien por ciento del tiempo al core de su negocio completamente. Chile es un mercado pionero en la penetración de clientes de OCI (Oracle Cloud Infrastructure) y, por esto, estamos contentos de llevar esta oferta avanzada para allá.
-Siguiendo con esto, ¿tiene alguna relevancia también para América Latina o algunos países en particular, o los principales beneficios se limitan a Chile?
-Si bien la instalación se hará en Chile, con lo que buscamos atraer a clientes que estén en su proceso de transformación digital y quieren mantener sus datos en el país, no se limitará esto solo a clientes en suelo chileno. Países como Argentina o Perú también podrán verse beneficiados de la disminución de latencia por la cercanía geográfica con Chile. Pongamos el ejemplo de una organización de Argentina. Si tienen sus datos en un servidor en Estados Unidos, la latencia o la velocidad de reacción entre un comando y que se despliegue la información es de 150 milisegundos, pero la latencia entre Chile y Argentina sería de entre 35 y 45 milisegundos, menos de un tercio del tiempo.