Las compañías tecnológicas instaladas en Silicon Valley son señaladas como culpables de uno de los mayores problemas que existen en la ciudad: la desigualdad social.
Cromo - El Observador. En San Francisco hay personas que están en contra de las empresas tecnológicas de Silicon Valley, en particular, por el aumento significativo del precio de los alquileres en la ciudad. Por este motivo se producen protestas permanentemente desde hace cinco años.
A los ómnibus que trasladan a los empleados de Google, Apple o Facebook les tiran piedras y en los barrios en los que viven los directores de este tipo de compañías se hacen manifestaciones con pancartas y se reparten boletines para escracharlos ante sus propios vecinos. Son estas algunas de las acciones que realizan los anti-tecnología para expresar su disconformidad.
En muchos casos, quienes protestan son veteranos que se instalaron en San Francisco a partir del movimiento hippie de los años 60, pero también hay jóvenes que se suman a los reclamos.
Según un estudio del portal Zillow, los alquileres en la ciudad alcanzaron el mayor precio en toda su historia: hoy alquilar un apartamento vale casi el doble que hace cinco años. En promedio, en 2011 el alquiler de un inmueble valía US$ 2.271 mensuales, mientras que ahora el precio es de US$ 4.428 por mes y sigue en alza. Esto ubica a la ciudad como la ciudad de Estados Unidos con los alquileres más caros, incluso por delante de Nueva York.
Los "culpables"
Los manifestantes responsabilizan a las empresas tecnológicas porque contratan empleados nuevos, quienes deben mudarse a San Francisco y alquilar un apartamento. Por sus sueldos, que están por encima del sueldo medio de las personas de la ciudad, se genera una gentrificación, que es el proceso por el cual una zona, por la llegada de nuevos habitantes con un mayor poder adquisitivo, desplaza al resto de los habitantes, que no pueden seguir el ritmo económico que se impone en la ciudad.
¿Por qué se disparó el precio de los alquileres? Si bien el Ayuntamiento de San Francisco tiene una ordenanza que controla el precio de los arriendos para que no tengan una subida abrupta, hace unos años los propietarios de viviendas encontraron un resquicio legal para cambiar estos precios a su antojo.
SF Gentrification 2.0 -- For Better or Worse? from Turnstyle Video on Vimeo.
Hablamos de Ellis Act, una ley que permite desalojar a los inquilinos -argumentando que el propietario va a volver a vivir en ese inmueble- para alquilarle a otro que pueda pagar más dinero: 24 horas después de que el dueño echa a su inquilino, puede volver a ponerla en alquiler y, ahora sí, fijar el nuevo precio al valor que quiera.
Por otra parte, el actual alcalde de California, Ed Lee, quien ganó las elecciones en 2011 con el apoyo de gran parte del sector de empresas tecnológicas de Silicon Valley, ofreció exoneraciones de impuestos a estas compañías para que se quedaran en la ciudad, lo que también fue uno de los motivos de indignación de los californianos.
Cuando Twitter amenazó con irse, el alcalde propuso a la empresa, a cambio de que se quedara, estar exenta del pago de impuestos por sus empleados nuevos durante seis años. Es decir, Ed Lee le perdonó a Dick Costello, CEO de la red social, US$ 22 millones.
Esta compañía decidió instalarse en una zona deprimida de la ciudad, lo que para algunos fue un acierto, pues revitalizó la zona y atrajo a importantes tiendas y restaurantes, lo que es igual a más puestos de trabajo. Sin embargo, para otros, las empresas tecnológicas no hacen más que estirar aún más la brecha económica que existe entre los habitantes de San Francisco.
Todos estos factores han creado un clima sumamente tenso dentro de la ciudad, tanto para quienes protestan como para los miembros de la grandes compañías. Por ejemplo, esta fotografía compartida en Instagram es un ejemplo del tipo de mensajes que reciben los ingenieros y profesionales de las compañías tecnológicas en San Francisco. En este caso particular, el texto está dirigido a Kevin Rose, fundador de Digg y actual miembro de Google Ventures, y fue entregado en forma de planfleto a todos sus vecinos. Un papel donde los protestantes lo tratan, incluso, como un "parásito" de la ciudad.
Otro ejemplo de este mal clima, pero desde el bando contrario es el del mexicano Alejandro Nieto. Este hombre de 28 años falleció a manos de la policía en su propio parque en el barrio Bernal Heights el 21 de marzo de 2014, producto de una discusión no violenta entre este joven y otras dos personas.
Si bien el conflicto no pasó a mayores, el mexicano mostró en un momento la pistola táser que usaba en su trabajo como guardia de seguridad. Al verlo, otra pareja llamó a la Policía para avisar de la presencia de un latino armado. Al llegar, la policia notó la chaqueta roja de los San Francisco 49ers (el equipo de baseball de la ciudad) que llevaba puesta Nieto, y asumieron que era parte de una banda latina. A pesar de que en realidad el joven no contaba con antecedentes criminales, los uniformados abatieron al mexicano con 14 balazos. Una incidente que fue calificado por los vecinos como la primera “muerte por gentrificación” de la ciudad.
Estos han sido solamente algunos de los problemas que han desencadenado producto de la fuerte llegada de nuevos profesionales y startups a Silicon Valley. Un grupo de negocios que no son del todo odiados por los ciudadanos, por la posible riqueza que pueden proporcionar estas empresas, pero sí que emplean a ejecutivos que son culpados directamente de las desigualdades de la zona. ¿Cómo terminará este conflicto? Nadie lo tiene realmente claro.