Conocer las diferentes fuentes de financiación disponibles, así como el costo y riesgo que representan, permitirá tomar las mejores decisiones financieras.
Diseñar un producto o servicio novedoso y útil es un factor que garantiza el éxito de una nueva empresa, pero hay otro que determinará si sobrevivirá o morirá en poco tiempo: la forma de financiación, por lo que es importante elegir la mejor.
Conocer las diferentes fuentes de financiación disponibles, así como el costo y riesgo que representan, permitirá tomar las mejores decisiones financieras, detallan los investigadores en ciencias económicas y empresariales, Montserrat Casanovas Ramón y Josep Bertrán Jordana.
En su libro La financiación de la empresa, afirman que al elegir el tipo de financiamiento, hay que considerar diversos factores dependiendo el tipo que se elija, pero en general hay que fijarse en ocho: costo efectivo de la financiación, consecuencias en la rentabilidad y solvencia, destino final de los recursos, disponibilidad, planes de amortización, vulnerabilidad al riesgo financiero y garantía exigida por el financiador.
Los tipos
Existen diversas opciones de financiamiento como la propia interna, que integra las inversiones realizadas con recursos de la misma empresa, sin que se tenga que acudir a instituciones financieras.
“Su objetivo es mantener el valor de producción de la empresa o favorecer su crecimiento. La financiación propia interna o autofinanciación, se da a través de la creación de fondos de amortización, los cuales buscan diferir en el tiempo el pago de un activo que se deprecia”, explican los autores.
De igual manera está la financiación propia externa, en donde las empresas incrementan su capital social a través de una ampliación de capital, normalmente representado a través de acciones.
Cuando se tiene una ampliación de capital, se incrementa el número de acciones o el valor de las ya existentes. Ésta se obtiene de los aportes de los accionistas a una sociedad.
Otro tipo es la financiación ajena, que proviene del exterior de la empresa y se enfoca en sus necesidades. Los recursos obtenidos de la prestación del servicio o venta de productos, como pagos adelantados, se pueden incluir.
Este tipo de financiamiento puede incrementar el riesgo financiero de la compañía, pero también produce un efecto positivo llamado efecto amplificador de la rentabilidad, y que aumenta el beneficio por acción.
Financiamiento no tradicional
El capital de riesgo también permite que las pymes accedan a financiamiento, este se realiza por sociedades financieras que asumen un riesgo y que se enfocan en inversiones minoritarias y por un periodo corto.
Los inversionistas ángel es otra alternativa donde inversores privados realizan aportaciones con recursos propios a empresas en desarrollo o en fase de crecimiento.
Otra opción es el mercado alternativo bursátil, que se promueve como sistema organizado de negociación de valores e instrumentos financieros de reducida capitalización.
Un instrumento útil son los préstamos participativos que otorgan recursos a largo plazo. Este es una combinación entre la financiación ajena y la financiación propia.
Por último y que ha crecido mucho en los últimos años es el crowdfunding, un instrumento que recibe contribuciones de numerosas personas en el mundo.
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