El filme, "El triángulo rosa y la cura nazi para la homosexualidad", realizado por Esteban Jasper y Nacho Steinberg a lo largo de cuatro años, se estrena comercialmente este jueves en Argentina, además de haber sido seleccionado para participar del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, que se desarrollará en diciembre próximo.
"El triángulo rosa y la cura nazi para la homosexualidad" es el título del film que siguiendo la figura del médico danés Carl Peter Vaernet, que participó de las SS y experimentó con prisioneros en el campo de concentración de Buchenwald durante la Segunda Guerra Mundial, indaga la persecución a homosexuales durante el régimen de Adolfo Hitler.
El filme, realizado por Esteban Jasper y Nacho Steinberg a lo largo de cuatro años, se estrena comercialmente este jueves en Argentina, además de haber sido seleccionado para participar del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, que se desarrollará en diciembre próximo.
La particularidad de Vaernet, un exitoso médico en la Copenhague de la década del 20, que luego de la invasión del ejército alemán a Dinamarca se pasa a las filas del nazismo, es que luego de la Segunda Guerra Mundial y de haber permanecido un año en cárcel logra salir de Europa a través de la Ruta de las Ratas, partiendo de Suecia con destino a América del Sur y residiendo finalmente en Argentina, donde murió en 1965.
"Los primeros indicios sobre la actuación de Vaernet en Buchenwald y de su idea de aplicar un método para curar la homosexualidad, parten del militante de los derechos civiles británico Peter Tatchel, que luego llama la atención de un grupo de daneses, integrado por dos periodistas, un historiador y un médico, que editan el libro 'Carl Peter Vaernet: el doctor dinamarqués nazi'", cuenta Nacho Steinberg.
Revelando la historia de Vaernet, que el filme recorre, Steimberg relata que "fue un endocrinólogo que a partir de los 20 experimentó con testosterona en gallos y gallinas y que obteniendo una serie de cambios físicos en estos animales infirió que los homosexuales necesitaban testosterona y que esto podía modificar su orientación sexual".
Steinberg repasa que al igual que judíos, gitanos y enfermos mentales, los homosexuales fueron uno de los grupos perseguidos por el nazismo, que elaboró una serie de listas rosas, con las cuales perseguía y encarcelaba a los gays.
"La Alemania prusiana de fines del siglo 19 tenía una legislación muy dura contra la homosexualidad, pero luego asistimos a una Berlín muy liberal y absolutamente permisiva y desprejuiciada en la década del 20, hasta que con el arribo del nazismo se vuelve a una situación persecutoria contra los gays", señala el realizador.
En este contexto, Vaernet, que se afilia al partido Nazi y se va de Copenhague a Berlín entra en contacto con el comandante en jefe de las SS, Heinrich Himmler, y lo convence de profundizar sus investigaciones con humanos para la cura de la homosexualidad.
"La supuesta cura de Vaernet consistía en inyectar a homosexuales en cautivero una glándula artificial que derramaba testorenoa por goteo. Los nazis, encantados con la idea, lo dejan desarrollar sus experimentos en Buchenwald, donde Vaernet -que fue poco al campo de concentración y dirigió los experimentos desde Praga- hizo pruebas con homosexuales y los sometió a sus métodos", detalla Steimberg.
Encarcelado luego de la derrota alemana, Vaernet consigue salir de prisión un año más tarde, pasando a Suecia y, desde allí, a la Argentina, donde tuvo una clínica privada en la calle Uriarte, de Palermo, un contrato con el Ministerio de Salud durante un año y medio y donde murió.
"La idea de la película es poner en evidencia el genocidio nazi con la minoría homosexual y mostrar a un médico, que si bien no tiene las características de un asesino serial como Mengele, es responsable de experimentación con personas en cautiverio", narra Steinberg.
"Hasta 1990 la homosexualidad es tratada como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud; Alemania, recién en 2002 reconoce a la minoría homosexual como una de las perseguidas por el nazismo y todavía quedan 65 países del mundo -un tercio- con legislación penal por la práctica homosexual", consigna el realizador para dar cuenta de que la cultura homofóbica permanece presente en el mundo a pesar de evidentes avances en distintos países.
El filme, que desde el jueves se puede ver en las salas del cine Arte Multiplex Belgrano y Bama Cine Arte, recorrerá festivales y luego aspira a proyectarse en organizaciones e instituciones auspiciado por el Inadi y el Ministerio de Educación.