El director de los servicios de cuidados críticos del hospital Baptist Health de Miami, compartió perspectivas y mejores prácticas para instituciones de América Latina, con base en las medidas que han implementados en sus centros bajo está nueva normalidad.
La nueva normalidad en tiempos de COVID-19, es una realidad. Los hospitales y clínicas tienen que repensar la manera en la que operan, por un lado, para seguir atendiendo a los pacientes infectados del virus, pero también para poder entregar cuidados y tratamientos a otros pacientes que padecen otras patologías.
Conversamos con el Dr. Javier Pérez, director de los servicios de cuidados críticos del hospital Baptist Health de Miami, parte de Baptist Health South Florida, quien con base en las medidas que han implementado en sus centros bajo esta nueva normalidad, compartió perspectivas y mejores prácticas para otros expertos o instituciones latinoamericanas.
Uno de los grandes retos que ha dejado la pandemia es la falta de atención a pacientes con enfermedades crónicas, que, por razones como el miedo, no acudieron a los hospitales y clínicas para recibir el tratamiento necesario. La implementación de medidas de seguridad y protocolos de atención, son esenciales para seguir luchando contra la pandemia, y también asegurar que todos los pacientes reciban los cuidados que necesitan, evitando demoras en tratamientos y posibles complicaciones.
- La implementación de medidas de seguridad y protocolos de atención dentro de los hospitales son esenciales para continuar luchando contra la pandemia. ¿Cuáles son claves para evitar la propagación del virus?
Lo más importante es el distanciamiento social y el uso extendido del cubrebocas o mascarilla. Y por supuesto las medidas de higiene en general. como el lavado de manos, evitar el contacto mano-rostro o mano-ojos, y muy importante, el evitar el contacto con otras personas si uno se siente enfermo.
- En cuanto al tratamiento de pacientes con COVID-19 o sospechosos del mismo, ¿qué medidas de aislamiento mínimas deben tomar las instituciones de salud para contener los contagios?
No sólo las instituciones... la protección comienza con uno mismo, y debe extenderse al círculo más cercano. La persona que se siente enfermo debe evitar el contactar con otros. lo que llamamos el autoconfinamiento o autoaislamiento. Esto es esencial también para aquellos que creen tener un contacto cercano, es decir, aquellos que se hayan expuesto a alguien positivo. Además de hacerse la prueba, estas personas deben evitar contactos con otras personas hasta determinar que no son positivas o esperar un tiempo prudente (cuarentena). En cuanto a las instituciones de salud, el tratar de evitar en lo posible las visitas de familiares, mantener un registro de pacientes y sus pruebas, y por supuesto, proteger al personal evitando en todo momento el contagio del mismo.
- ¿Cómo ha afectado la pandemia a los pacientes con enfermedades crónicas, como los pacientes con cáncer o aquellos con enfermedades cardiovasculares?
La pandemia ha producido que muchos de estos pacientes abandonaran sus tratamientos o sus seguimientos médicos provocando sin duda el empeoramiento de muchas de estas condiciones. ¿Qué medidas extra se deben tomar para que los pacientes se sientan seguros acudiendo a un hospital para recibir una consulta o tratamiento? Las medidas arriba expresadas son sin duda suficientes para crear un ambiente seguro para el resto de pacientes y la población en general.
- Considerando que pacientes extranjeros acuden a sus institutos para recibir tratamientos, ¿han realizado algún cambio en cuanto a los protocolos, especialmente aquellos que provienen de países que registran mayor contagio?
A todos los pacientes que llegan al sistema Baptist de Salud se les realiza una prueba además de un cuestionario y una evaluación de salud para determinar su estado, su riesgo de exposición así como otras condiciones. Una vez determinado todo ello, se procede al curso de tratamiento determinado. Hasta ahora estos sistemas han demostrado ser muy seguros no habiendo encontrado problemas hasta el día de hoy.
- Estando en el sur de la Florida, donde vemos un aumento en los casos, ¿cómo se están preparando para una posible segunda ola?
En este momento, el Sur de la Florida ha experimentado un aumento en el número de hospitalizaciones por COVID-19 de más de un 40%. Nuestros hospitales sin embargo se encuentran en buena situación, no estando comprometidos en ninguno de los aspectos funcionales, de espacio, equipo o personal. De la misma manera, aunque hemos disminuido nuestras cirugías electivas, seguimos tratando todos los pacientes y realizando todo tipo de procedimientos de emergencia o semi-electivos. Hasta el momento estamos orgullosos de nuestras medidas de prevención y el éxito de las mismas al no haber tenido contagios tanto en nuestro personal como en nuestros pacientes.
- ¿Cuáles son los principales errores que han cometido las instituciones de salud, considerando que son uno de los focos de contagio?
Creo que lo primero que hay que establecer es la determinación de si existe o no un contagio real en la institución. En cierto modo, hay que comparar el índice de contagios en la propia institución con el de la zona donde dicha institución se encuentra. Es decir, si el indice de contagio en la región es del 10% de la población es de esperar que el 10% de los profesionales de la salud, que viven en dicha región, también se contagien. Si es así no se pueden atribuir dichos contagios a la exposición en la institución.
Por ejemplo, en determinadas áreas de Nueva York sabemos que entre un 15-20% de la población se contagió y por ende es de esperar la misma proporción de profesionales de la salud. Sin embargo, en áreas de Madrid o de Italia donde el 5-10% de la población se llegó a infectar pero hasta un 40% de los profesionales de la salud (o de los residentes de la institución) se enfermaron, entonces si hay una clara relación de exposición. Creo que el mantener los protocolos y proveer el equipo de protección es esencia. Uno de los problemas en otros lugares ha sido la falta de equipo de protección adecuado.
El sistema Baptist ha contado en todo momento con una buena distribución en gran parte por reservas previamente obtenidas dentro de nuestro plan existente de desastres (algo único en el Estado de la Florida), y por el departamento de Innovacion y Desarrollo (también pionero en muchas instituciones) que se encargó desde el primer momento en la búsqueda de cadenas de producción y alternativas a los diferentes elementos constituyentes de los equipos de protección individual.
- ¿Cuál es su recomendación a los hospitales en América Latina, donde probablemente se experimentarán diferentes etapas contagios?
Es importante establecer protocolos y guías que puedan facilitar el trabajo del personal. Contar con servicios de consultoría pudiera ser una alternativa para el futuro. Así mismo hay que revisar las políticas económicas de muchas instituciones pues a veces las inversiones en este tipo de material han sido vistas como una pérdida económica. También es necesario limitar visitas de familiares y quizá pensar que los hospitales no son centros vacacionales sino instituciones de salud, donde se tratan personas con problemas graves.
- ¿Cómo prevén la evolución del virus?
El virus vino para quedarse. El virus no se detendrá hasta que se forme una inmunidad general o se encuentre una vacuna. Las medidas indicadas son adecuadas para limitar la propagación del virus pero no su eliminación. Creo que aprenderemos a vivir de manera un tanto diferente y como hemos hablado antes, quizá nos sirva para reaccionar en ciertos aspectos de nuestra vida cotidiana. Creo que el cansancio o fatiga de "alerta" es parte de la razón por la que hemos encontrado un repunte de casos. Esto se debe al hecho de que una vez se aplican medidas muy estrictas, y a la vez exitosas, ocurre una laxitud al cabo de un tiempo en parte debido al exceso de confianza y al sentimiento de que no ha pasado nada.... Es importante que las autoridades y los medios de comunicación recuerden en todo momento que la clave para evitar la transmisión es el distanciamiento social, el uso de la mascarilla y el confinamiento o aislamiento (evitar congregaciones,