Las bolsas europeas abrieron planas o a la baja, incapaces de librarse del sombrío tono de las operaciones en Asia. El optimismo de la semana pasada por las negociaciones entre Pekín y Washington se diluyó luego que Robert Lighthizer, dijera que no está claro si podrán cerrar un acuerdo.
Londres. Las acciones mundiales caían el miércoles tras dos días de ganancias, en medio de una creciente preocupación por el crecimiento y el comercio mundial, aunque la libra esterlina subía por el optimismo generado ante la probabilidad de que los parlamentarios británicos descarten un Brexit sin acuerdo.
Las bolsas europeas abrieron planas o a la baja, incapaces de librarse del sombrío tono de las operaciones en Asia. El optimismo de la semana pasada por las negociaciones entre Pekín y Washington se diluyó después de que el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, dijo que no está claro si podrán cerrarse las diferencias entre ambos países.
Los datos siguieron reforzando la imagen de una desaceleración de la economía mundial. Los pedidos de maquinaria japonesa cayeron en enero a su ritmo más rápido en cuatro meses, presionando al índice Nikkei, que perdió más de un 1%.
Esta situación mantenía el nerviosismo en los mercados bursátiles. El índice MSCI de Asia-Pacífico cedió un 0,3%, aunque el referencial europeo avanzaba levemente pese a los tenues descensos en torno al 0,2% en Alemania y Francia. Los futuros de Wall Street operaban a la baja.
La situación mantenía al índice mundial MSCI alejado de los máximos de cuatro meses y medio tocados cuando Washington y Pekín parecieron cerca de cerrar un acuerdo comercial. El índice no ha logrado consolidar sus avances en marzo tras dos meses de ganancias.
El caos político en que está sumido Reino Unido también afectaba a la confianza de los mercados, ya que a pocos días del plazo del 29 de marzo no ha logrado acordar aún cómo dejará la Unión Europea. Este martes, el Parlamento rechazó por segunda vez el acuerdo de Brexit propuesto por la primera ministra, Theresa May, aunque se espera que ahora descarten un adiós no pactado.
Estas expectativas impulsaban a la libra tras su volátil desempeño durante la semana, cuando llegó a subir hasta los US$1,3290 y descendió hasta US$1,2945. Este miércoles, la moneda británica operaba con un alza del 0,7%, a US$1,3150.
La otra saga que está convulsionando a los mercados mundiales esta semana son las acciones de Boeing, a medida que cada vez más países optan por suspender los vuelos de sus aviones 737 MAX 8 tras el accidente del domingo en Etiopía, el segundo que registra el modelo en menos de seis meses.
Las acciones de Boeing en la bolsa de Fráncfort cedían otro 2% este miércoles, hasta mínimos de seis semanas. La compañía perdió un 6 por ciento en Nueva York en la víspera, haciendo caer un 0,4% al Dow Jones.
No obstante, los referenciales S&P 500 y Nasdaq cerraron con ganancias después de que un débil reporte de inflación para febrero en Estados Unidos reforzó las expectativas de que la Reserva Federal seguirá siendo paciente en lo concerniente a las tasas de interés y podría mostrarse más cauta aún en su reunión de la próxima semana.
Los rendimientos de los bonos a 10 años del Tesoro estadounidense cayeron a mínimos de 10 semanas este martes, al 2,596%, y el dólar se depreció por cuarto día consecutivo frente a una cesta de monedas.
El euro operaba estable frente a su par estadounidense, en torno a US$1,129, alejándose de los mínimos de 20 meses a US$1,1174 tocados después de que el Banco Central Europeo aplazó su cronograma de alzas de tasas y anunció un programa de créditos baratos para los bancos.
En cuanto a las materias primas, el retroceso del dólar ayudó al oro a tocar su cota más elevada en dos semanas, a casi US$1.307 por onza. Por su parte, los futuros del crudo Brent subían un 0,69 por ciento, a US$67,13 por barril, después de que un funcionario saudí dijo que el reino planea reducir sus exportaciones petroleras y de que el Gobierno de Estados Unidos rebajó su previsión de crecimiento de la producción a nivel doméstico.