El canciller de Bolivia, Diego Pary, precisó que un acuerdo comercial no debe ser con imposiciones o condiciones de ninguno de los lados, sino concertado "punto por punto" que beneficie a Bolivia y la UE.
La Paz. Bolivia pretende agilizar en corto plazo la negociación para formalizar un acuerdo comercial complementario con la Unión Europea (UE), en la dinámica de ampliar mercados para los productos bolivianos con la inclusión de pequeños productores y microempresarios.
El canciller de Bolivia, Diego Pary, precisó que un acuerdo comercial no debe ser con imposiciones o condiciones de ninguno de los lados, sino concertado "punto por punto" que beneficie a Bolivia y la UE.
"Vamos a empezar a discutir los temas, los productos, todo lo que integra justamente un acuerdo comercial de estas dimensiones, que lo hemos denominado complementario porque nosotros queremos que sea concertado entre las partes", precisó Pary en una entrevista con Xinhua.
En ese objetivo, el gobierno de Bolivia enviará a Europa una comisión especializada para reunirse con técnicos de la UE e iniciar una agenda de trabajo que permita explorar procedimientos y condiciones orientados a negociar un acuerdo comercial complementario.
Bolivia no tiene un acuerdo comercial con la UE. Sólo tiene el Sistema de Preferencias Generalizadas (SGP) y SGP Plus, que son ventajas que brinda la UE por el cumplimiento de ciertos convenios internacionales.
"Bolivia y la Unión Europea no tienen aún un acuerdo comercial, por eso se está comenzando a trabajar sobre los alcances de un futuro convenio complementario", dijo Pary.
Se ha denominado complementario, según Pary, porque el gobierno boliviano asumió que debe ser un acuerdo que recoja las características bolivianas.
"Bolivia tiene su propia característica, tiene una amplia participación de un gran porcentaje de pequeños productores y microempresarios que queremos que sean incluidos en este acuerdo comercial complementario, esa es la dinámica fundamental", afirmó.
El gobierno boliviano pretende un acuerdo comercial generalizado con toda la UE, al margen de los convenios bilaterales que se tienen con otros países de esa región.
Asimismo, Pary manifestó que la UE está viendo a Bolivia como un espacio de inversión, de oportunidades, y consideró que esto es importante para un futuro acuerdo.
"Bolivia ya no es un país que esperaba sólo cooperación internacional, sino una oportunidad de inversión", agregó.
Las relaciones comerciales entre Bolivia y la Unión Europea han estado marcadas históricamente por una constante oferta boliviana de materias primas, y una demanda de productos con alto valor añadido desde los países del bloque.
Según el privado Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), en lo que respecta a las exportaciones bolivianas, en la última década la UE ocupó el cuarto lugar entre los destinos para las mismas, siendo superada por Brasil, Argentina y Estados Unidos.
La gerente técnica del IBCE, María Esther Peña, explicó a Xinhua que si Bolivia no toma medidas inteligentes, las exportaciones van a seguir cayendo, y las importaciones van a devengar un saldo deficitario en la balanza comercial.
El año 2015 fue considerado como un punto de inflexión en el comercio exterior boliviano, con un saldo deficitario que se mantuvo hasta 2018, como resultado de la caída de sus principales productos exportados, entre los que se cuentan materias primas que dependen altamente de las fluctuaciones de los precios internacionales, que presentaron una tendencia decreciente.
La experta señaló que ante un escenario que aparece como adverso para el comercio exterior boliviano, es imperante la reactivación y diversificación del aparato productivo nacional, a través de una mayor inversión y del aseguramiento de mercados competitivos y altamente demandantes de productos con valor agregado.
"En ese escenario, la Unión Europea aparece en el horizonte como uno de esos mercados, de hecho, como bloque se constituye en el primer importador a nivel mundial", agregó.
Según Peña, los resultados de un posible acuerdo comercial bien negociado por parte de Bolivia supondrían, en el mediano plazo, el tener libre acceso a un mercado de más de 500 millones de habitantes con alto poder de compra.
Además, se tendría una conciencia ya instalada de las ventajas de productos con la etiqueta de "orgánicos", "de comercio justo", y otras certificaciones que podrían ser aprovechadas por los bolivianos debido a sus potencialidades en el ámbito productivo, añadió.
