Las crisis políticas que se viven en Nicaragua y Venezuela pasaron prácticamente inadvertidos a la hora de los pronunciamientos oficiales de la XXVI Cumbre Iberoamericana en Antigua, Guatemala.
Guatemala.- La XXVI Cumbre Iberoamericana que se celebró el fin de semana pasado en la ciudad de Antigua, Guatemala, fue inesperadamente conciliadora, pero pasaron prácticamente inadvertidas las graves crisis de Venezuela y Nicaragua, y también esquivó otros asuntos delicados, tales como la corrupción.
En la sesión plenaria de los mandatarios, los ámbitos democrático y humanitario de ambos países no se llegaron a discutir abiertamente, aunque el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, intentó detonar el debate.
Alvarado pidió que la comunidad internacional utilice “la diplomacia y el multilateralismo como herramientas válidas frente a los graves acontecimientos” en Nicaragua y criticó las “reiteradas violaciones a los derechos humanos” en Venezuela.
Ausencia de líderes. El mandatario costarricense fue el único jefe de Estado que citó las crisis de manera explícita durante la sesión plenaria, y sus declaraciones fueron respondidas en tonos moderados y firmes por los cancilleres de Venezuela, Jorge Arreaza, y de Nicaragua, Denis Moncada.
“Venezuela o Nicaragua son utilizadas con frecuencia como cortinas de humo para ocultar problemas internos”, declaró el canciller venezolano, que representó al presidente Nicolás Maduro, quien no viajó a Guatemala.
Las ausencias ya conocidas de antemano de Mauricio Macri (Argentina), Sebastián Piñera (Chile)e Iván Duque (Colombia) se sumaron a última hora a la del nicaragüense Daniel Ortega, que optó por no acudir a un encuentro que se le presuponía hostil.
Moncada, que acudió en representación de Ortega, fue más duro en su respuesta, pero antes se valió de la tribuna iberoamericana para presentar numerosos datos positivos sobre su país, avalados por organismos internacionales.
La crisis de Nicaragua ha generado protestas contra el gobierno de Ortega y un saldo de entre 325 y 535 muertos, según organismos de derechos humanos. Por su parte, Costa Rica es uno de los países más afectados por esta crisis, ya que ha recibido más de 30.000 peticiones de asilo desde Nicaragua, un nuevo éxodo que sigue los pasos del flujo migratorio que vive Venezuela.
Sobre la intervención de Alvarado, el canciller nicaragüense Denis Moncada aseguró que había “irrespetado la soberanía, la independencia y la autodeterminación del pueblo nicaragüense” y que actuaba como “ficha de Estados Unidos”.
También afirmó que Costa Rica está “ardiendo” con huelgas y “represión policial” y hasta exigió que Alvarado fuera “amonestado” para “no interrumpir el trabajo pacífico” del foro iberoamericano, pero nadie se hizo eco de ese reclamo.
Según la secretaria general iberoamericana, la costarricense Rebeca Grynspan, esa discusión muestra que “se dio el debate” y que “cada país dijo lo que tenía que decir”, pues en el foro iberoamericano cada Gobierno plantea libremente los temas que considera “importantes”.
Las crisis social, política y humanitaria en la que están sumidas tanto Nicaragua como Venezuela son el problema más acuciante de Iberoamérica.
Así como fueron virtualmente ignoradas las crisis de Nicaragua y Venezuela, dos asuntos candentes en la Organización de Estados Americanos (OEA), que también faltó a la cita, muy poco se habló en esta cumbre sobre corrupción, un tema central del debate político en toda América Latina y en especial en la propia Guatemala.
Tan es así que el presidente anfitrión, Jimmy Morales, aseguró en la cumbre que su país es “ejemplo de lucha contra la corrupción” y criticó la “justicia selectiva”.
Fue una aparente alusión a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), auspiciada por la ONU para ayudar a la fiscalía guatemalteca en la investigación de casos de corrupción, y a la que Morales decidió no renovarle el mandato que vence en septiembre de 2019, lo que fue considerado una virtual expulsión.
Sobre ese caso, la canciller guatemalteca, Sandra Jovel, declaró que el tema no se abordó en la cumbre pues en ella se analizan “asuntos de interés iberoamericano”, en tanto que Grynspan garantizó que el debate sobre la corrupción estuvo “muy presente”.
Tampoco se habló sobre el giro a la derecha que ha dado en los últimos meses la política latinoamericana, reforzado desde Brasil con la victoria en las urnas del ultraconservador Jair Bolsonaro, un polémico capitán de la reserva del Ejército.
Pese a que su candidatura fue elegida en las urnas, su figura ha creado cierta inquietud en la región. El presidente Michel Temer, que entregará el poder a Bolsonaro el 1 de enero, garantizó que la transición es “tranquila” y permitirá que el próximo gobierno “siga trabajando de manera responsable”.
Momentos Estelares. Un hackeo del grupo de piratas informáticos Anonymous mantuvo caída la web de la cumbre durante un día.
La organización explicó que lo hizo para protestar contra la presencia en el foro del “corrupto y asesino” Ortega, que finalmente canceló su viaje. También fueron tumbadas las páginas del Congreso de Guatemala y de varios ministerios locales. Anonymous avisó del hackeo en las redes sociales, donde publicó una imagen de la fachada del Parlamento guatemalteco con una persona vestida del Joker de Batman y la siguiente frase: “El que entiende, entiende”.
Un foro de empresarios sin señal telefónica ni wifi. El XII Encuentro Empresarial Iberoamericano, que se celebró previo a la cumbre de mandatarios y reunió a más de 700 ejecutivos de la región, tenía la digitalización y la conectividad entre sus principales puntos de discusión.
Un fallo en un cable de fibra dejó paradójicamente desconectados durante horas a los cientos de asistentes y a los periodistas que cubrían el evento.
La “nueva vida” de Peña Nieto. El presidente Peña Nieto dejará el poder el próximo 1 de diciembre y sus colegas iberoamericanos aprovecharon la cumbre para despedirse y desearle suerte en su nueva etapa. El jueves, durante un foro empresarial previo al cónclave de jefes de Estado y de gobierno, Peña Nieto despertó el aplauso de los asientes cuando dijo: “Si es cierto que hay vida después de la Presidencia, a lo mejor ahí empieza la vida, no lo sé”.