El cálculo de crecimiento del Banco Central es más pesimista que el del gobierno (0,9%) pero supera con creces las expectativas de los analistas del mercado financiero.

Río de Janeiro. El Banco Central brasileño redujo su previsión para el crecimiento económico del país este año desde el 1,6% calculado en junio hasta el 0,7% proyectado en un informe trimestral.

El cálculo de crecimiento del Banco Central es más pesimista que el del gobierno (0,9%) pero supera con creces las expectativas de los analistas del mercado financiero, que esperan una expansión del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,29%, según un boletín semanal divulgado por el propio ente emisor.

El informe trimestral se mostró ligeramente más optimista con respecto a la inflación de este año, para la que proyecta ahora un 6,3% frente al 6,4% que esperaba hace tres meses.

La previsión de la inflación para este año se encuentra cerca del límite considerado como aceptable por el Gobierno, que es del 6,5% anual.

Desde 2006 el Gobierno se ha impuesto como meta, de forma constante, una inflación del 4,5% anual con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales en ambos sentidos.

El Banco Central proyectó asimismo una aceleración económica para la primera mitad del año próximo, por lo que el crecimiento del PIB se situaría en un 1,2% en los doce meses que cierran en junio de 2015.

El informe asimismo indicó una tendencia descendente para la inflación, que se situaría en el 5,8% al final del año entrante y en el 5% en el tercer trimestre de 2016.

La economía brasileña acumula dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo y se contrajo un 0,6 % entre enero y junio pasados, por lo que el país se encuentra en recesión técnica, según datos oficiales.

El dato de crecimiento previsto para 2014 se suma a tres años de ritmo económico lento.

El gigante suramericano tuvo una fuerte expansión económica del 7,5% en 2010, avanzó un 2,7% en 2011, el 1% en 2012 y un 2,3% en 2013.

Brasil está actualmente en plena campaña para las elecciones del próximo domingo, para las que todas las encuestas de opinión pronostican una reñido pleito entre la presidenta y aspirante a la reelección, Dilma Rousseff, y la ecologista Marina Silva.

El bajo crecimiento de los últimos años es uno los flancos más explotado por Silva, que lo atribuye a la gestión económica de Rousseff, mientras que la mandataria sostiene que responde a los efectos de la crisis mundial sobre la economía nacional.