Los jefes de los bancos han utilizado la antesala de la convención bancaria en Acapulco, que inicia este jueves, para mostrar su aprobación a los planes de López Obrador para atacar la desigualdad crónica.
Acapulco. Durante dos años en su reunión anual más importante en México, los banqueros hicieron veladas advertencias sobre el riesgo de que el veterano izquierdista Andrés Manuel López Obrador llegara al poder.
Ahora que es presidente, ellos e industriales han cambiado de táctica, prometiendo apoyo para el nuevo líder y sus planes para revivir la economía de abajo hacia arriba.
Los jefes de los bancos han utilizado la antesala de la convención bancaria en Acapulco, que inicia este jueves, para mostrar su aprobación a los planes de López Obrador para atacar la desigualdad crónica a través de la asistencia social, el aumento de la inclusión financiera y la elevación del crecimiento económico.
"El sistema financiero ha sido y continuará siendo un actor comprometido con México y su desarrollo, por lo que celebramos y acompañamos las medidas anunciadas (...) por parte del Gobierno de México", dijo Marcos Martínez, jefe de la Asociación de Bancos de México (ABM), en un reciente evento con López Obrador.
Martínez y otros banqueros esperan que el presidente cumpla con sus promesas de combatir la corrupción y la violencia del crimen organizado en la segunda mayor economía de América Latina, apoyando el crecimiento con el cumplimiento del estado de derecho.
Sin embargo, el escepticismo sobre sus credenciales económicas está muy extendido en los círculos empresariales. Hasta ahora los ejecutivos han calculado que tienen más que ganar trabajando con él que peleando con un presidente cuyos índices de aprobación se acercan al 80%.
López Obrador, quien asumió el cargo en diciembre, hizo que se esfumaran miles de millones de pesos del valor de activos financieros mexicanos cuando canceló un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México el 29 de octubre. Las propuestas de su partido, Morena, en el Congreso para reducir comisiones bancarias también asustaron a los mercados.
Pero mientras despliega programas de asistencia social en todo México, ha prometido un presupuesto austero para proteger la calificación crediticia de grado de inversión del país y dice que puede lograr un crecimiento anual promedio del 4,0% durante su mandato de seis años.
En la convención de esta semana en Acapulco, es probable que los bancos de México envíen un mensaje claro al presidente de que trabajarán con él para lograr sus metas, dijo una fuente de la industria financiera, hablando bajo condición de anonimato.
Eso podría desbloquear fondos para el plan de López Obrador de crear empleos a través de gasto en infraestructura y complementar la meta de la organización empresarial COPARMEX de levantar el poder adquisitivo de los salarios más bajos, triplicando el salario mínimo para el 2024.
Cooperar con López Obrador para fomentar la expansión de la clase media mexicana podría convertirse en un importante motor de crecimiento y ayudar a frenar los peores instintos del presidente, dijo un industrial de alto rango, hablando también bajo condición de anonimato.
Afirmando que en México "hay más recursos financieros que proyectos", el nuevo jefe del poderoso consejo de empresarios CCE, Carlos Salazar, dijo el mes pasado que trabajaría para terminar con la pobreza extrema al final del mandato de López Obrador.
Para entonces, la ABM tiene el objetivo de conseguir que 30 millones de personas más utilicen los servicios bancarios -casi tres cuartas partes de las que se calcula que carecen de cuenta- y apoyar la demanda interna aumentando los préstamos a las pequeñas empresas, las hipotecas y las familias.
El subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, dijo a Reuters que el gobierno impulsará con fuerza la inclusión financiera en la convención bancaria, donde López Obrador hablará este viernes.
Sin embargo, para que el presidente aproveche al máximo la buena voluntad empresarial debe trabajar más duro para deshacer el daño causado por malas decisiones como la cancelación del aeropuerto, dijo Gustavo de Hoyos, jefe de COPARMEX.
Las empresas querían invertir, pero ahora mismo, el gobierno sólo ha obtenido una puntuación de alrededor del "50 por ciento" en la confianza de los inversores, añadió.
"Si el presidente y su equipo saben aprovechar esas fortalezas", dijo De Hoyos a Reuters, "creo que puede avanzarse muchísimo a lo largo de este sexenio", añadió.