Tras los flujos de salida, la tenencia de deuda mexicana por parte de inversores foráneos finalizó marzo con un saldo de 2.02 billones de pesos (US$90.300 millones), su nivel más bajo desde finales de 2016, en moneda local.
Ciudad de México. Los inversionistas extranjeros redujeron sus tenencia en bonos soberanos de México en poco más de 166.500 millones de pesos (US$7.450 millones) durante marzo, según datos del banco central, registrando una salida de capital mensual histórica.
La deuda mexicana, cuya calificación crediticia fue rebajada el mes pasado por S&P Global a “BBB” desde “BBB+”, se vio afectada por un aumento global de la aversión al riesgo a causa de la epidemia de coronavirus que nubló particularmente el panorama para la segunda mayor economía de América Latina.
Tras los flujos de salida, la tenencia de deuda mexicana por parte de inversores foráneos finalizó marzo con un saldo de 2.02 billones de pesos (US$90.300 millones), su nivel más bajo desde finales de 2016, en moneda local.
“Esto es lo último que necesitaba la economía de México”, dijo Christian Lawrence, estratega de Rabobank, en referencia a los efectos de la enfermedad surgida en China que ha matado ya a casi 90.000 personas en todo el planeta.
“Hay salidas masivas de capital de todos los mercados emergentes, no solo en México. Pero una de las fortalezas de México es también una de sus debilidades y es que el país tiene mercados de capital muy abiertos, los más abiertos de América Latina, y eso lo hace muy vulnerable a capitales extranjeros”, agregó.
El menor apetito por la deuda de emergentes, incluido México, pone aun más presión al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien lucha por frenar la recesión que había comenzado en ese país latinoamericano incluso antes del brote de coronavirus.
El rendimiento de los bonos mexicanos llegó en marzo a niveles máximos de más de 12 meses. El referencial título a 10 años superó tasas del 8%, según datos de Refinitiv Eikon, aunque ahora cotiza en 7.16%.
La moneda mexicana también ha resentido con intensidad el temor de los inversionistas, pues durante el tercer mes del año se convirtió en la divisa más perdedora del mundo. El jueves, el peso mexicano cerró en 23.56 por dólar, pero a inicios de abril superó las 25 unidades hundiéndose a un mínimo nivel histórico.