El presidente de la Fed de Chicago, Charles Evans, dijo que el descenso en la inflación de este año, excluyendo el impacto de los alimentos y la energía, era preocupante. “La política monetaria tendría que mantenerse, o incluso relajarla”, dijo.
Estocolmo. Dos autoridades de la Reserva Federal dijeron este viernes que estaban cada vez más preocupados por la débil inflación, un indicio de que algunos integrantes del banco central ven un mayor argumento para un futuro recorte de las tasas de interés, incluso cuando otros presionan por mantener el enfoque paciente.
El presidente de la Fed de Chicago, Charles Evans, hablando en una conferencia en Estocolmo, dijo que el descenso en la inflación de este año, excluyendo el impacto de los alimentos y la energía, era preocupante. También afirmó que estaba preocupado en que la economía se desempeño por debajo de lo esperado.
“La política monetaria tendría que mantenerse, o tal vez incluso relajarla”, dijo Evans en su discurso.
El jefe de la Fed de St. Louis, James Bullard, fue incluso más enfático sobre su preocupación sobre la debilidad en la llamada inflación subyacente, que aumentó sólo un 1,6% en los 12 meses a marzo, muy por debajo del objetivo del 2% del banco central.
“Si vamos hacia el verano (boreal) y las expectativas de inflación siguen muy bajas y la inflación real no parece repuntar, entonces el nivel de mi preocupación se intensificará”, afirmó Bullard a Reuters en una entrevista.
“Estoy abierto a un recorte de tasas para combatir esto, pero sería un recorte de tasas no debido a malos datos de la economía de Estados Unidos. Sería una reducción de tasas debido a que queremos asegurarnos de que las expectativas de inflación y eventualmente la inflación real sean más consistentes con nuestro objetivo del 2%”, dijo Bullard.
Los comentarios de Evans y Bullard, que tienen derecho a voto este año en el panel que fija la política monetaria, contrastan con los del presidente del banco central, Jerome Powell, después de que se divulgó el miércoles el último comunicado de política monetaria.
Powell contestó reiteradamente preguntas sobre las perspectivas de una baja del costo del crédito diciendo que no había un argumento sólido para mover las tasas de interés en ninguna dirección.
Y ese enfoque fue respaldado este viernes por el vicepresidente de la Fed, Richard Clarida, quien afirmó que la economía del país estaba en “un muy buen lugar”, con las expectativas de inflación aparentemente “estables”, y que el banco central tenía tiempo para analizar los datos entrantes antes de decidir sobre cualquier cambio futuro en las tasas.
Los datos apuntan hacia un fortalecimiento económico, lo que fue resaltado por un reporte el viernes que mostró que la tasa de desempleo cayó a su menor nivel en casi 50 años en abril y que la inflación que podría estar señalando una debilidad subyacentes es un acertijo para la Fed.