El organismo multilateral ha alertado sobre los riesgos bajistas para la actividad global como efecto de las tensiones comerciales y la incertidumbre con respecto a las políticas económicas, y para el caso de América Latina y el Caribe proyecta una expansión de 0,2% para este año y de 1,8% para 2020.
Bogotá. Las economías de América Latina aún tienen munición vía reducción de tasas de interés para mitigar la debilidad de la economía que están atravesando la mayoría de los países de la región, pero en materia fiscal tienen límites, consideró este lunes un alto directivo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El organismo multilateral ha alertado sobre los riesgos bajistas para la actividad global como efecto de las tensiones comerciales y la incertidumbre con respecto a las políticas económicas, y para el caso de América Latina y el Caribe proyecta una expansión de 0,2% para este año y de 1,8% para 2020.
Para el FMI, el anclaje de las expectativas de inflación en la región todavía permite espacio para reaccionar en materia monetaria en casi todas las economías de América Latina que exhiben una tasa real de crecimiento menor que los tipos de interés considerados como neutrales para esos países.
"La política monetaria puede seguir siendo una palanca importante para enfrentar escenarios negativos con respecto a los que estamos anticipando en los próximos años, entonces hay más espacio en la parte monetaria", dijo Alejandro Werner director del hemisferio occidental FMI, en una conferencia en Bogotá.
"En caso de que sea necesario, básicamente reaccionar si la economía muestra una cierta anemia", agregó.
No obstante, el directivo del organismo multilateral resaltó que en el campo fiscal la región presenta fuertes limitaciones, con un nivel elevado de deuda, gran parte denominada en moneda extranjera, lo que genera mayor fragilidad en caso de movimientos cambiarios.
"Vemos en el corto plazo que en el ámbito fiscal está digamos esta tensión entre que todos los países de la región básicamente están con niveles de déficits primarios o superávits primarios que todavía no son suficientes para estabilizar la relación de deuda-PIB", explicó Werner.
"Las autoridades fiscales deben encontrar la velocidad adecuada de consolidación fiscal para no generar un impacto tan importante en la actividad de corto plazo, pero sí mandar señales de consolidación en el mediano plazo, para que las condiciones de acceso a los mercados financieros sigan siendo favorables para la actividad privada y para el propio gobierno", concluyó.