El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, advirtió de que se generaría un problema de desempleo y de crecimiento en Europa de tal envergadura que no se podría dominar más si Schengen fracasaría.
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, pidió este viernes reflexionar sobre el precio que tendría el fracaso de la zona Schengen ya no sólo desde el punto de vista político, sino también para la eurozona y el mercado interior europeo, con un impacto que cifró en unos 3.000 millones de euros.
"Sin Schengen, sin libertad de movimiento y de viaje de los europeos, no tiene sentido el euro", recalcó Juncker en una rueda de prensa sobre los retos y las prioridades de la Unión Europea (UE), en la que pidió "no perder de vista" los vínculos entre la libre circulación, el mercado interior y la unión económica y monetaria.
"No es Schengen el que supone un precio alto en el mantenimiento y la realización del mercado interior europeo. En última instancia quien acabe con Schengen acabará y enterrará el mercado interior europeo", reiteró el político luxemburgués.
Además, Juncker advirtió de que se generaría un problema de desempleo en Europa de tal envergadura que no se podría ya dominar más: "Menos Schengen, menos mercado interior significa más desempleo y menos crecimiento. No perdamos estas relaciones y este contexto de vista".
El presidente de la CE dio algunos ejemplos del impacto económico que tendría el fracaso de este área de libre circulación y mencionó en concreto que los controles introducidos en el puente del estrecho del Sund, que une Copenhague con la ciudad sueca de Malmoe, por el que viajan a diario decenas de miles de personas, así como los restablecidos por Dinamarca con Alemania.