En la sexta edición del informe de la OIT sobre el Covid-19 y el mundo de trabajo, estima que la pérdida de ingresos a escala mundial a lo largo de los tres primeros trimestres de 2020 se ha elevado al 10,7%, lo que corresponde al 5,5% del PIB mundial para los tres primeros trimestres de 2019 (US$3,5 billones).
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) prevé que se pierdan en el segundo semestre del año un total de 590 millones de empleos a tiempo completo en todo el mundo como consecuencia de la crisis del coronavirus, lo que supondrá un descenso del 8,6% de las horas de trabajo en el cuarto trimestre (245 millones de empleos menos) y un descenso del 12,1% en el tercer trimestre (345 millones de empleos).
En la sexta edición del informe de la OIT sobre el Covid-19 y el mundo de trabajo, con estimaciones actualizadas, indica que la pérdida de horas de trabajo conlleva un aumento del desempleo y de la inactividad y que el aumento de esta última es una de las principales consecuencias de la actual crisis laboral, "en la que es necesario hacer hincapié en el plano político".
Asimismo, ha puesto de relieve que el cierre de lugares de trabajo sigue afectando adversamente a los mercados de trabajo de todo el mundo, "lo que redunda en la cantidad de horas de trabajo perdidas superior a la prevista". Los países de ingreso mediando bajo son los más afectados, según la OIT.
Por otro lado, ha apuntado que sigue siendo elevada la proporción de trabajadores que residen en países en los que se ha establecido algún tipo de cierre de lugares de trabajo, que se sitúa en el 94%.
También ha puesto de relieve que la gran cantidad de horas de trabajo perdidas ha propiciado "una notable pérdida de ingresos provenientes del trabajo". De hecho, estima que la pérdida de ingresos a escala mundial a lo largo de los tres primeros trimestres de 2020 se ha elevado al 10,7%, lo que corresponde al 5,5% del PIB mundial para los tres primeros trimestres de 2019 (US$3,5 billones).
Las medidas aprobadas han evitado más desempleo. Además, ha resaltado que las medidas fiscales puestas en marcha por muchos países para mitigar los efectos adversos del mercado laboral han tenido eficacia para sustentar los ingresos y las empresas. En esta línea, ha señalado que, de no haberse aplicado ninguna medida de incentivo fiscal, la pérdida de horas habría sido, de media, del 28%.
Sin embargo, ha destacado que las medidas de incentivos fiscales se han aplicado de forma dispar en todo el mundo. Así, la brecha en materia de estímulo fiscal es de unos US$982.000 millones en los países de ingreso bajo o de ingreso mediano bajo.
La OIT ha apuntado que la brecha es equiparable a la cantidad de recursos que dichos países necesitarían para alcanzar el mismo valor promedio de incentivo fiscal, relativo a la pérdida de horas de trabajo, que se aplica en los países de ingreso alto.
"La brecha en materia de incentivo fiscal estimada para los países de ingreso bajo es inferior al 1% del valor total de las medidas de incentivo fiscal anunciadas por los países de ingreso alto", ha añadido.
Medidad a adoptar. Para la Organización Internacional del Trabajo, deben adoptarse "medidas de respuesta duraderas y eficaces" en el plano político para afrontar cinco retos, entre los que se encuentran armonizar y planificar las intervenciones en los planos sanitario, económico y social o velar por que las intervenciones en materia de políticas se mantengan en la justa medida y sean cada vez más eficaces y eficientes.
Pero también aboga por colmar lagunas en materia de incentivo fiscal en los países emergentes o en desarrollo, "lo que requiere fomentar la solidaridad internacional"; que se adopten medidas de apoyo en materia de políticas a los grupos más afectados o que se fomente el diálogo social como mecanismo "eficaz" para adoptar medidas de respuesta política frente a la crisis.