Para el presidente ecuatoriano Lenin Moreno, aumentar los fondos para mejorar la respuesta ante la crisis sanitaria podría significar un conflicto con su esfuerzo para cumplir con los acreedores y asegurar financiamiento externo.
Quito. El brote de coronavirus en Ecuador está aumentando la presión para que el presidente Lenín Moreno decida no pagar una deuda de unos US$17.000 millones y dedique esos recursos a combatir la pandemia que ha dejado incontable cantidad de muertos en hogares y calles en la ciudad más grande del país.
El brote, uno de los peores de América Latina, ha sobrepasado la capacidad de los servicios de salud y funerarias en la ciudad costera de Guayaquil, donde las autoridades tuvieron que construir un comentario de emergencia y decenas de familias esperaron por días para que los cuerpos de sus seres queridos fueran retirados y sepultados.
Para Moreno, un exaliado del izquierdista Rafael Correa que se alineó con el mercado desde que asumió el cargo en 2017, aumentar los fondos para mejorar la respuesta ante la crisis sanitaria podría significar un conflicto con su esfuerzo para cumplir con los acreedores y asegurar financiamiento externo.
La estrategia del Gobierno incluye renegociar la millonaria deuda y obtener fondos de emergencia con multilaterales y China por unos US$3.000 millones. Pero hasta ahora, los compromisos firmes de dinero serían por unos US$580 millones para la emergencia.
La agencia calificadora Standard & Poor's rebajó esta semana la nota de Ecuador a "default selectivo" por la expectativa del no pago de intereses.
Para los residentes de Guayaquil como Sandra Rizzo, una empleada privada de 46 años que dio positivo del virus, la prioridad del Estado debe ser la atención médica.
"Es muy penoso ver como el Gobierno maneja la pandemia", dijo Rizzo, quien a pesar de su diagnóstico pasa buscando un tanque de oxigeno para su esposo, quien está en un hospital contagiado. "No hay cuerpo que aguante tanto sufrimiento".
El Gobierno usó un periodo de gracia de 30 días para suspender el pago de intereses por unos US$200 millones para combatir el virus. Además, pidió a los tenedores de nueve bonos con vencimientos entre 2022 y 2030 diferir su pago para liberar unos US$811 millones.
Los tenedores tienen hasta el viernes para responder.
Moreno ha buscado aplicar reformas favorables al mercado, pero en octubre tuvo que abandonar sus planes para eliminar un subsidio a los combustibles por violentas protestas.
Una caída en los precios del crudo el mes pasado golpeó las finanzas públicas, que se sacudieron aún más con la suspensión de las exportaciones petroleras tras un hundimiento de tierra en la región amazónica que causó la rotura de dos oleoductos.
El ministro de Economía, Richard Martínez, admitió que el peso de la deuda era "inviable", aunque en marzo se cancelaron unos US$325 millones de su bono 2020, pagándolo por completo.
"Hacemos esto no porque estamos locos, es porque no queremos exponer al país a un default que tiene consecuencias de largo plazo muy perversas", dijo Martínez a un medio local el lunes.
Salud antes que deuda. La relación de Ecuador con Wall Street ha sido tensa desde 2008, cuando declaró un default en dos bonos calificándolos de "ilegales e ilegítimos". La decisión dejó al país aislado de los mercados por seis años, aunque Correa firmó millonarios acuerdos de crudo a cambio de préstamos con China.
Ecuador reportó unos 7.858 casos y 388 fallecidos. Unas 582 muertes más estarían relacionadas al virus, pero en Guayaquil la cifra es mucho mayor, según las autoridades.
"Primero hay que atender la salud, el hambre del pueblo en la pandemia y no atender la deuda externa. Somos los únicos necios en pagar", dijo Mesías Tatamuez, dirigente del mayor sindicato de la nación, a Reuters.
El Gobierno estima que el déficit fiscal supere el 8% del PIB este año. La semana pasada Moreno solicitó a ciudadanos y empresas un aporte para un fondo de ayuda humanitaria.
"En Ecuador se pagó la deuda externa y se condenó los recursos del sistema de salud pública", dijo la organización indígena CONAIE, que en octubre lideró las protestas contra medidas de austeridad del Gobierno. "Ahora pretenden saquear una vez más el bolsillo de los ecuatorianos".