El estudio de la organización no gubernamental Cuso Internacional estableció que el 54% de los jóvenes entre 18 y 29 años que dejaron de trabajar en América Latina y el Caribe desde el inicio de la pandemia del COVID-19 fueron despedidos o las empresas en donde laboraban cerraron.
Bogotá. Una de cada seis personas entre 18 y 29 años dejó de trabajar en América Latina y el Caribe desde el inicio de la pandemia del COVID-19 por el aumento del desempleo, que además obligó a muchos de esos jóvenes a suspender sus estudios generándoles un sentimiento de frustración, reveló el jueves un estudio.
La investigación de la organización no gubernamental Cuso Internacional con el apoyo del Gobierno de Canadá, a partir de una encuesta realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) evidenció un aumento de la precarización laboral entre la juventud de la región.
"A la población juvenil le está siendo tremendamente difícil acceder al mercado laboral por cuestiones de especialización, de desmejora de los sueldos por la pobreza", dijo a Reuters Alejandro Matos, director de Cuso Internacional en Colombia.
El estudio estableció que el 54% de los jóvenes entre 18 y 29 años que dejaron de trabajar en América Latina y el Caribe desde el inicio de la pandemia del COVID-19 fueron despedidos o las empresas en donde laboraban cerraron, mientras que a otros las medidas de aislamiento para controlar la pandemia de COVID-19 frustraron sus emprendimientos o empleos informales.
"Los sentimientos de tristeza, miedo y angustia y el desánimo ante el escenario posterior a la crisis predominan entre los jóvenes, que además expresan una sensación de empeoramiento de sus condiciones de bienestar y salud mental mayor con respecto a otros grupos de la población", aseguró el estudio.
A la interrupción de los programas educativos o de formación por la pérdida de empleo entre los jóvenes, que impide una futura reinserción laboral en mejores condiciones, se sumó el descalabro de sus emprendimientos y la caída de los ingresos, lo que aumentó la precariedad, el subempleo y la informalidad laboral, de acuerdo con la investigación.
A partir de estudios de la CEPAL y la OIT, Cuso International estableció que la mayor pérdida de empleos en los primeros dos trimestres de 2020, en comparación con los mismos periodos de 2019, afectó en mayor medida a la población joven cuya tasa de ocupación media se redujo en 7,8 puntos porcentuales.
La tasa de desempleo afectó principalmente al grupo de los jóvenes entre 15 y 24 años, con un crecimiento de 3,4 puntos porcentuales, casi el doble de lo observado para los mayores de 25 años.
"Los jóvenes sin acceso a educación, formación y experiencia profesional no acumulan capital humano y se alejarán cada vez más del ámbito del trabajo decente", concluyó el estudio.