En el análisis de la calificadora de riesgo se explica que las cicatrices pueden resultar de varias fuerzas económicas después de la recesión como la actividad económica deprimida y la demanda por debajo del potencial.
México, India, Sudáfrica e Indonesia son identificados por analistas de la calificadora Fitch Ratings como las economías emergentes más vulnerables por el registro de pérdidas permanentes en el PIB, consecuencia del choque del Covid-19.
“La evidencia empírica sugiere que es probable que la pandemia tendrá un impacto más persistente sobre el PIB y el empleo (de los países citados), generando visibles cicatrices como la reducción de la inversión empresarial, menor disponibilidad de crédito bancario, quiebras generalizadas y la pérdida de capital humano a medida que los trabajadores se distancian de los mercados formales de empleo”, refirieron los analistas.
Al interior del análisis, titulado “Emerging markets GDP Scarring Varied, but limited overall”, desagregaron la situación, caso por caso de los países emergentes y proyectaron que la economía mexicana registrará un crecimiento de 5,3% este año, una expectativa que contrasta con 5% previsto en mayo.
Además, anticiparon que para el 2022 se normalizará la tasa de crecimiento del PIB al ubicarse en 2,7%, un nivel que se irá moderando hasta llegar a 2% en el 2023.
Las nuevas previsiones de los analistas de Fitch se encuentran lejos de las que tiene la Secretaría de Hacienda, para este y el año entrante, de 6,5% y 3,6%, respectivamente.
Menos apoyos fiscales, la vulnerabilidad. En el citado reporte, que no tiene impacto de calificación, expertos de la agencia explicaron que la vulnerabilidad que encontraron para México es resultado del impacto más agudo que tuvo la pandemia en la actividad económica porque el gobierno desplegó apoyos fiscales menos contundentes en las primeras etapas de la crisis.
Datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) muestran que la respuesta fiscal de México a la crisis fue equivalente a 0,7 % del PIB.
Enfatizaron que pese a registrar una recuperación económica “será significativamente inferior al de su potencial de aquí al 2023” y con este desempeño seguirá alejándose del mejor ánimo que están despertando las demás economías emergentes”.
Destacaron que la inversión privada y pública traían de por sí una importante desaceleración previa al choque del Covid-19 y la pandemia terminó por socavarlas.
Ante este panorama, bajaron su estimación de crecimiento potencial para México a 1,4% desde 2,5%.
Se encogieron las economías. De acuerdo con el análisis, “las economías de México, Sudáfrica e Indonesia se contrajeron más de 7% respecto de los niveles que tenían antes de la pandemia”.
La economía de India era 12% más pequeña en el 2020, evidenciaron. Para esta economía asiática redujeron su pronóstico del PIB este año a 4,7% desde 5,3% que tenía antes de la pandemia.
“En India, vemos un frágil sistema bancario que limita la recuperación de la inversión en los próximos años”, menciona el documento.
Tal como lo hacen para México, los analistas consideran que el PIB potencial de India se contrajo y pasó de ser 7% a 5,5%.
Siguiendo los argumentos de Fitch sobre el impacto del bajo estímulo fiscal en la recuperación, el gobierno de India otorgó estímulos equivalentes a 3,3% del PIB.
Para Indonesia, consideran que su potencial de crecimiento se encogió a 4,7% desde 5,3% que tenía prepandemia. Y prevén que para los próximos cinco años, el crecimiento será, en promedio, de 5,5% nivel que está muy lejos de 7% que tenían estimado antes del choque del Covid-19.
En el análisis explican que las cicatrices pueden resultar de varias fuerzas económicas después de la recesión como la actividad económica deprimida y la demanda por debajo del potencial que puede presionar los balances y hacer que las empresas reparen sus cuentas antes de invertir, lo que pesará sobre la profundización del capital y el crecimiento potencial.
Finalmente, el documento establece que para Brasil, Rusia, India, Indonesia y México, ”nuestras últimas previsiones a corto plazo implican que el PIB se mantendrá significativamente por debajo del potencial en el 2023. Esto significa que la producción real debería poder crecer algo más rápido que el potencial del lado de la oferta entre el 2024 y el 2026, a medida que se cierra la brecha del PIB”.