Con una caída de apenas 1% de su economía, Paraguay ha logrado uno de los mejores resultados macroeconómicos de América Latina en 2020 y se prepara para que este año el crecimiento no sea solo por un efecto rebote. El ministro de Hacienda, Oscar Llamosas, conversó con AméricaEconomía acerca de sus planes de transformación, la pronta salida al mercado internacional y la agenda de inversión público-privada.
La economía paraguaya parece haber resistido el impacto de la pandemia mucho mejor que sus vecinos de Latinoamérica, una región que se vio contraída en un 6,9% según el Banco Mundial en 2020. En el caso de Paraguay, el Banco Central revisó su proyección para el pasado año estimando una caída de apenas 1% desde un 3,5% inicial. Se trata del mejor resultado de este lado del continente al que el Gobierno del presidente Mario Abdo Benítez busca sacar ventaja. “La pandemia fue una prueba muy importante para nuestra economía y somos el país que está saliendo mejor parado en la región. La idea es aprovechar esto”, revela Oscar Llamosas, ministro de Hacienda, en entrevista con AméricaEconomía.
El jefe del equipo económico paraguayo cuenta su estrategia para contener la caída y sus planes para 2021, que –según adelanta– “será de reformas y transformaciones” y eso incluye la creación de un Ministerio de Economía y Finanzas para reforzar la recuperación de un país, que suma más de 120.000 positivos confirmados de COVID-19 y 2.500 decesos desde marzo. Por lo pronto, Paraguay, cuyo PIB crecería 3,3% según las últimas estimaciones del Banco Mundial, se prepara para buscar capital en el mercado internacional y, por primera vez, refinanciar bonos colocados en el exterior. “Nuestra principal credencial será la solidez macroeconómica que fue puesta a prueba con la pandemia […] y creemos que esta va a ser una de las mejores colocaciones que hayamos hecho”, destaca.
- La caída de un 1% de su PIB es un dato mucho mejor a lo esperado y apenas un retroceso superficial si se compara con los países de la región. ¿Cuál fue la fórmula para contener la caída?
La clave está en dos acciones: una, las medidas implementadas desde el Gobierno, que fueron oportunas y acertadas, como la Ley de Emergencia que brindó los recursos necesarios para atender la contingencia y proteger el empleo a través de subsidios directos, tanto a trabajadores del sector formal como a los de por cuenta propia. Y dos, darle liquidez al sistema, brindando recursos a las empresas. Adicionalmente, activamos un plan de recuperación para otorgar financiamiento a plazo y con tasas bajas a los sectores que empezaron a incorporarse a la actividad económica. Esas acciones ayudaron a que los números de Paraguay no fueran tan malos como inicialmente se preveía. Nosotros estamos cerrando con una caída de los ingresos tributarios menor a lo esperado y, aunque nuestro resultado fiscal llegó en torno al 6,2% del PIB –por encima de nuestra Ley de Responsabilidad Fiscal– está explicado por las acciones que implementamos. La suma de todas estas acciones contribuyeron, finalmente, a que los números económicos de Paraguay resalten en la región, siendo el país que menor impacto va a tener en su economía.
- Y más allá del rebote que se verá en 2021, ¿cuál es su receta para que la economía paraguaya crezca de acuerdo con su potencial?
Estamos implementando un plan de recuperación bastante ambicioso que tiene tres pilares: el primero, la protección social para aquellos sectores que aún van a necesitar de la ayuda del Gobierno. La inversión pública fue clave en 2020 (alcanzó cifras históricas: 3,6% del PIB con el sector construcción como uno de los pocos que creció) y lo será otra vez en este proceso de recuperación, impulsado por la agricultura y la construcción. El segundo pilar está enfocado en líneas de financiamiento para los sectores económicos que les permitan obtener los recursos necesarios para volver a la actividad a los niveles prepandemia. Y el tercero es una agenda de transformación del Estado. Respecto a este último, estamos avanzando en una serie de propuestas legales que van a permitir reformas en sectores claves. Una de ellas es la Ley del Servicio Civil (presentada a finales de 2020) que busca generar espacios fiscales importantes al liberar recursos que se pueden asignar a sectores prioritarios. También estamos cerrando dos reformas cruciales: la de la Ley de Compas Públicas, para agilizar un proceso que en Paraguay es bastante engorroso; y una ley que busca el reordenamiento de las estructuras del Estado, enfocada principalmente en el Poder Ejecutivo. Ahí también creemos que se pueden generar espacios fiscales importantes en materia de recursos. 2021 será un año de reformas y transformaciones y estamos trabajando en eso. Pero además, contamos con la reforma tributaria, aprobada el año pasado, que nos va a permitir generar recursos adicionales para avanzar en el proceso de mejora del gasto público y saldar las brechas.
- ¿Con esta transformación podemos esperar una reducción del Estado?
Más que reducción, se trata de una reorganización. Hoy tenemos duplicidad de funciones en muchas entidades y sobrecargas de componentes administrativos, mientras existen falencias en materia de cumplimiento de funciones. Esta pandemia desnudó la necesidad de potenciar nuestro sistema de salud y de avanzar en un proceso de formalización de la educación. Son áreas que van a necesitar una mayor inversión. Tenemos áreas con espacios para redireccionar recursos que nos permitan brindar un mejor servicio.
- ¿Pero implica que algunos Ministerios puedan fusionarse o desaparecer?
Sí, eso está contemplado. Esta propuesta tiene dos componentes: el primero, que lo presentaremos al Congreso en el primer trimestre de este año, es una revisión al interior de cada una de las estructuras. Y la segunda, es la posibilidad de fusionar entidades y eso incluye crear el Ministerio de Economía y Finanzas. Hoy el Ministerio de Hacienda cumple las funciones de recaudación, administración de los recursos y de liderar el equipo económico, pero creemos que hay que reforzar esa estructura de manera que pueda ser más eficiente. Más aún, considerando que hoy hay estructuras que están fuera de este Ministerio, como por ejemplo todo lo relacionado con la Planificación Económica, que está a cargo de una Secretaría que depende de la Presidencia. También todo lo relacionado con la recaudación del comercio exterior está fuera de nuestro despacho. Todo eso lo evaluaremos en una segunda etapa prevista para el segundo semestre de este año.
- Volviendo al tema del déficit fiscal, que como comentó llegó a un techo histórico del 6,2% del PIB. ¿Cuál es el plan para ir reduciéndolo y en qué período estiman lograrlo?
A finales del año pasado presentamos la Ley de Fortalecimiento Fiscal que tiene dos componentes: acciones de corto plazo, que nos permitirán en un periodo máximo de cuatro años volver a los niveles de la regla fiscal; y ahí asumimos compromisos de tope de la deuda pública, crecimiento del gasto corriente, aumento salariales, etc. Y por otro lado, la ley que hace algunos ajustes a las reglas fiscales de manera permanente, como la regla del crecimiento del gasto corriente que estaba en torno al 4% real y en el período de convergencia eso se reduce a 0 en acciones al corto plazo, mientras en las reformas permanente baja del 4% al 2%. Además, se establece un tope a la deuda en torno al 40% del PIB y crea un Fondo Soberano que nos va a permitir generar los ahorros necesarios para atender coyunturas como las actuales.
- Paraguay tiene previsto salir a los mercados de deuda próximamente y prevé además refinanciar los bonos que han vendido en el exterior desde 2013. ¿Cómo avanzan estos planes y qué opciones consideran para refinanciar la deuda?
Estamos pensando salir al mercado internacional por US$ 500 millones y ya estamos trabajando con algunos bancos inversores que nos están ayudando para que eso ocurra en los primeros meses de este año. Estos recursos nos permitirán financiar el presupuesto de 2021. Por otro lado, también el año pasado fue aprobada una Ley que le permite al Tesoro administrar sus pasivos, especialmente los bonos colocados en el mercado internacional. Esta ley nos permitirá renegociar estos títulos hasta por un 40% del valor del total de la deuda que tenga el país. Como será la primera vez que acudamos a este tipo de herramientas, la idea es salir con un monto en torno a los US$ 300 millones para hacer un rescate de una parte de los bonos que están venciendo en 2023. La idea es hacer esto de manera conjunta.
- ¿Es una decisión basada en el hecho de que los bonos en dólares de Paraguay tuvieron el segundo mejor rendimiento el año pasado en Sudamérica, según el índice de Bloomberg?
Vamos a aprovechar sin duda esta coyuntura y creemos que esta colocación va a ser una de las mejores que hayamos hecho en los últimos años en materia de tasas de interés. Creemos que esto es resultado del manejo prudente de nuestras finanzas públicas y la política monetaria. Estamos viendo una consolidación en materia fiscal y monetaria que ya tiene 15 años. La pandemia fue una prueba muy importante para nuestra economía y somos el país que está saliendo mejor parado en la región. La idea es aprovechar esto… Las calificadoras –que estuvieron haciendo una revisión de nuestro nivel de riesgo– mantuvieron nuestra calificación y eso es un tema no menor en una coyuntura adversa.
- Al principio, hizo referencia a los trabajadores no formales y cómo el Estado tuvo que extenderle la ayuda en medio de la pandemia. ¿Qué tanto ha tenido que lidiar Paraguay con la informalidad, una de las principales debilidades de esta región?
La pandemia nos mostró algo que todos sabíamos que estaba ahí, pero que seguramente no le prestábamos la atención que merecía. Estamos aprovechando los instrumentos de ayuda para avanzar en la formalización. Uno de los programas implementados otorgaba una ayuda económica y una de las condicionantes para recibir el último pago (en diciembre) fue la de incorporarse dentro del régimen más sencillo de tributación. Ya van más de 400.000 trabajadores del sector por cuenta propia que se han sumado. También se han implementado mecanismos como billeteras electrónicas, que nos ha permitido formalizar a más 4.000 comercios. Esto es un proceso que se inicia con estos incentivos y la idea es trabajar en regímenes especiales en materia de protección social y dar sostenibilidad a todo este proceso de formalización. Es uno de los grandes desafíos que tenemos como Gobierno.
- ¿Cuál es el rol que esperan del sector privado para la recuperación de la economía?
Estamos trabajando en una agenda de proyectos de inversión pública que queremos poner a disposición del sector privado. La metodología de inversión directa del Estado en la obra pública va a tener que ir reduciéndose en el mediano plazo, considerando que la pandemia generó un crecimiento de la deuda pública. Para volver a los niveles prepandemia, tendremos que reducir la obra pública y para que no tenga un efecto en la economía –considerando las necesidades que aún tiene nuestro país en materia de infraestructura– la idea es potenciar los proyectos con financiamiento privado. Estamos trabajando en una Agenda Público Privada (APP) que pondremos a disposición de los inversores en el segundo semestre de este año y la idea es empezar a licitar algunos proyectos, principalmente de infraestructura vial, fluvial y de energía. Por ahora tenemos identificados unos seis proyectos que alcanzan un valor de inversión de US$ 700 millones. Es una primera etapa que serán puestos para el interés del sector privado.
- ¿Paraguay ha logrado captar, como lo está haciendo Uruguay, parte de la fuga de inversiones que ha sufrido Argentina producto de la crisis que le afecta desde hace un par de años?
Sí. En el caso específico de Argentina tenemos reportado que solo en 2019 llegaron 32 empresas que se instalaron en nuestro país y en 2020 se han radicado más de 2.000 argentinos. Toda inversión, de Argentina o de cualquier país, va a ser bienvenida. Paraguay está buscando una mayor inversión extranjera directa y creemos que nuestra principal credencial es la solidez macroeconómica que tiene nuestro país –y que fue puesto a prueba con la pandemia– así como nuestro sencillo sistema tributario y de tasas bajas, que sirve de incentivo para la inversión extranjera. Hemos adoptado facilidades para atraer esta inversión. El año pasado la Subsecretaría de Tributación emitió una norma a través de las cual se establecen requisitos para la extensión de certificado de residencia fiscal. También se aprobó una Ley que simplifica todo el proceso de registro de las empresas.
- ¿Además de Argentina, hay algún país al que estén mirando con atención para atraer mayor inversión?
No, ninguno en particular. Apuntamos a potenciar la inversión extranjera directa y hay varios proyectos muy importantes que están a punto de concretarse, uno de ellos en plantas de celulosa que podría contar con una inversión histórica para nuestro país.
- Paraguay ha venido reduciendo su dependencia de los países del Mercosur en los últimos años. ¿Hay algún plan para continuar en este camino?
Estamos trabajando en diversificar nuestras exportaciones. El año pasado exportamos a más de 140 países distintos y se sumaron más de 10 nuevos países. Tuvimos exportaciones importantes fuera del Mercosur, Chile es uno de ellos, a donde se exportó casi 21% más respecto a 2019. También Taiwán tuvo un crecimiento importante en la exportación paraguaya. Queremos seguir diversificando los productos de exportación y los destinos a donde realizamos los envíos.
- Este año Paraguay va a ser evaluada como miembro del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (Gafilat). ¿Qué expectativa tienen al respecto?
Tenemos la plena confianza en este proceso y creemos que Paraguay va a potenciar su imagen, generando nuevas oportunidades para la inversión y el relacionamiento internacional. Desde el punto de vista técnico se han dado pasos muy importantes, principalmente con la sanción de una serie de leyes correspondiente a la prevención del lavado de activos y del financiamiento del terrorismo, lo que demuestra la importancia de las políticas públicas de este Gobierno sobre esos temas.