Las autoridades sanitarias han aumentado los controles de circulación de personas ordenando el cierre de comercios y otros establecimientos para controlar la enfermedad, que suma 5.972 contagios y 54 muertes.
Santiago. Pese a que la cuarentena por el coronavirus en parte de la capital chilena cortó la fuente de ingresos de los vendedores ambulantes que colmaban las calles céntricas de la ciudad, algunos todavía insisten en trabajar, incluso violando las restricciones.
Las autoridades sanitarias han aumentado los controles de circulación de personas ordenando el cierre de comercios y otros establecimientos para controlar la enfermedad, que suma 5.972 contagios y 54 muertes en el país sudamericano.
"Vengo todos los días, todos los días del año, de lunes a viernes, vengo todos los días a trabajar aquí (...) para poder comer, vivir", dijo Luz María Ríos, de 76 años, quien ofrecía huevos de pascua de chocolate en el centro de Santiago.
El gobierno decretó una cuarentena total para algunas de las comunas más acomodadas de Santiago y otras, que tienen un importante movimiento comercial, como el centro de la ciudad.
"Desde que llegué todavía no he vendido nada y tengo que estar hasta las tres o cuatro (de la tarde)(...) lo que Dios me de hoy día no más", agregó.
Algunas calles que hasta hace poco eran caóticas por la presencia de vendedores ambulantes ahora lucen desoladas, mientras la gente se resguarda en su casa por temor al coronavirus.
Esta semana, el Gobierno anunció la creación de un fondo de US$2.000 millones para apoyar principalmente a los trabajadores informales, que no tienen acceso a seguros de desempleo, aunque no estaba claro el mecanismo para otorgar la ayuda.