La ministra del Trabajo, Javiera Blanco, dijo que los trabajadores no deberán pertenecer obligatoriamente a un sindicato. El proyecto ha generado una dura polémica con la oposición de derecha y el empresariado chileno.
A dos días de que el gobierno presente su proyecto de ley de Reforma Laboral, la ministra del Trabajo, Javiera Blanco, dijo este sábado que no se obligará a los trabajadores a pertenecer a un sindicato.
"Este gobierno es ferviente creyente de la libertad sindical. Reconocemos en los trabajadores la libertad para tomar la decisión de afiliarse, desafiliarse o no afiliarse a un sindicato", subrayó.
El proyecto de Reforma Laboral generó una dura polémica del gobierno con la oposición de derecha y el empresariado.
Tras una reunión con la ministra y los dirigentes de la Central Unica de Trabajadores (CUT), el presidente de la empresarial Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Andrés Santa Cruz, reiteró su desacuerdo con el proyecto de Reforma Laboral. Esta posición fue respaldado por los parlamentarios de los partidos de derecha.
Según la ministra, la reforma "es un proyecto para la clase media, que hoy quiere llegar a su trabajo tranquilo, que lo escuchen y a tener una contraprestación justa".
Explicó que la nueva ley fortalecerá a los trabajadores y sus gremios, aunque insistió en que la sindicalización no es obligación.
"Esto no es un proyecto de unos contra otros, no es un proyecto para unos pocos, es un proyecto para Chile", recalcó.
Agregó que "cuando hay beneficios que han sido acordados entre un empleador y un sindicato, se entiende que son ambos titulares de esos beneficios (por lo que) será con mutuo acuerdo que esos beneficios podrán ser extendidos".
Sobre el "despido por necesidades de la empresa", la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, indicó que habrá "un proceso de tutela de Derecho".
"En caso de que el trabajador fuese despedido arbitrariamente, se podrá acudir a los tribunales, donde el peso de la prueba recaerá en el empleador, quien deberá demostrar que el despido no fue una práctica antisindical y el trabajador podría incluso ser reintegrado a su labor", añadió.
A su juicio, la propuesta de Reforma Laboral del gobierno "abre una compuerta para que los empleadores puedan usar subterfugios en materia de abordajes de debate con la organización sindical".