La nación norteamericana es el país de la OCDE donde más horas se trabajan al año y uno con mayor burnout relacionado con el empleo. Para tratar de revertir esta situación, la Cámara de Diputados dio el primer paso para reducir la jornada laboral.
Las buenas noticias también corren rápido. A dos días de que termine el periodo ordinario de sesiones, las diputadas y los diputados federales le han dado un gran motivo a la población para mantenerse atenta al trabajo legislativo: de manera sorpresiva, la reforma para reducir la jornada laboral dio el primer paso para materializarse.
Este martes, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó un dictamen para modificar el artículo 123 de la Constitución, la máxima de las leyes mexicanas, y establecer que las personas trabajadoras tienen derecho a dos días de descanso a la semana. Es decir, la jornada semanal se reduce de 48 a 40 horas.
Falta que la reforma sea llevada al pleno, y de ahí varios pasos legislativos más.
“Es quizá la reforma de mayor calado en materia laboral que dejará la LXV Legislatura. Me da mucha alegría regresarles a los trabajadores un poco de la justicia social que les habían arrebatado”, dice en entrevista la diputada Susana Prieto Terrazas (Morena).
La legisladora fue la primera en presentar una iniciativa para reducir el tiempo de trabajo en la Constitución. Su proyecto, recibido desde octubre de 2022, proponía que la jornada laboral pase de seis a cinco días a la semana, con dos días de descanso obligatorio.
Actualmente, el artículo 123 constitucional del apartado A, fracción IV, indica que “por cada seis días de trabajo deberá disfrutar el operario de un día de descanso, cuando menos”.
Muchas empresas conceden a su personal dos días de descanso, pero no es la mayoría, al contrario. El 44% del total de las personas trabajadoras, lo que equivale a casi 25,8 millones, labora seis días a la semana, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Mientras que apenas 16 millones tienen una jornada de cinco días a la semana, es decir, el 27% del total.
“México había pasado prácticamente medio siglo sin que se dieran avances en los derechos laborales de esta importancia”, dice el diputado Jorge Álvarez Máynez (Movimiento Ciudadano). El legislador también presentó, en marzo de este año, una propuesta de reducción de la jornada laboral.
“Se ha demostrado que, a pesar de que México es el país de la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con más horas trabajadas al año por trabajador, eso no necesariamente tiene un impacto en productividad”, señala.
Sin embargo, sí ha tenido impacto en la salud mental de la población trabajadora. México tiene niveles de estrés laboral por encima de Estados Unidos y China, más del 70% de las personas trabajadoras en este país sufre de burnout.
Vacaciones dignas, el otro gran triunfo
“Es una gran reforma (o lo será), pero vamos poco a poco”, dice Alma Paz, especialista en gestión de talento y conocida en redes sociales por su activismo como “La de RH”.
“De nada serviría que autoricen esos dos días de descanso si la jornada laboral sigue siendo de máximo de 48 horas”, es necesario señalar expresamente un máximo de 40 horas a la semana, considera.
La Constitución, en su artículo 123, y la Ley Federal del Trabajo (LFT) indican que la duración de la jornada máxima será de ocho horas diarias para los turnos diurnos y de siete para los turnos nocturnos.
Será importante también que, ante la eventual aprobación de la reforma, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) mejore la supervisión e inspección para que este mandato se cumpla, agrega Alma Paz en entrevista.
Esta acción legislativa se suma a la ampliación de los días de vacaciones. “Hace unos meses, nosotros impulsamos las vacaciones dignas, que duplican el número mínimo que tenían y ahora vamos por este otro cambio”, dice el diputado Jorge Álvarez.
En aquella ocasión, la diputada Susana Prieto logró que se hiciera una precisión en el artículo 78 de la LFT que logró destrabar la negociación en el Congreso para que las personas puedan tomar sus días de vacaciones de manera continua o, a su potestad, distribuirlos “en la forma y tiempo que así lo requiera”. De esa manera se garantiza que sean las trabajadoras y los trabajadores quienes decidan cuándo descansar.
Paso a paso, la ruta de la reforma
La modificación de los días de descanso debe hacerse primero en la Constitución y luego en la LFT. Pero antes, “necesitamos que pase al salón de plenos y, pues, con todas las iniciativas que tenemos que votar de aquí al jueves, cuando termina este periodo ordinario, es muy probable que no pase”, reconoce la diputada Susana Prieto.
“No dejaremos caer la iniciativa”, se compromete. “Hay que recordar que la Junta de Coordinación Política, formada por todas las fracciones, decide qué dictámenes van al pleno y estamos trabajando con el coordinador de la bancada de Morena, el diputado Ignacio Mier”.
Alma Paz subraya que “es una muy buena medida. He observado en redes que la gente está muy emocionada, pero ahora deben unirse, informarse y compartir lo que saben con otras personas. Hay que presionar para que si no es en este periodo, salga en el siguiente”.
El futuro es promisorio, considera Susana Prieto, “porque todos los partidos políticos votaron a favor, a excepción del PAN, que se abstuvo porque siempre defiende de manera abierta al sector empresarial”, apunta la legisladora.
Según el diputado Jorge Álvarez Máynez, la propuesta fue consensuada con el sector patronal. “Nosotros siempre hemos trabajado de la mano del sector empresarial, en este entendido que no es un sector unificado, México es un país de micro y pequeñas empresas. Es importante este diálogo abierto, sin embargo, nunca puede ser una censura o una condicionante para progresar en derechos”.
Al tratarse de una reforma constitucional, el proceso todavía es largo. Primero, debe ser aprobada por el pleno de la Cámara de Diputados por dos terceras partes de los votos, lo que implica el respaldo de diferentes fuerzas políticas, ya que ninguna bancada cuenta con esta mayoría calificada. Después tiene que ser enviada al Senado para seguir el mismo proceso. Una vez que concluya el trámite legislativo, el proyecto pasa a revisión en los congresos estatales, donde tiene que ser avalada por al menos 17 entidades federativas.
En tanto es aprobada la reforma, las empresas que no contemplan dos días de descanso semanales se pueden ir preparando. “La capacitación y la administración y organización efectiva son la clave. Así como lo hicimos en vacaciones, si administramos bien los tiempos y procesos de trabajo y producción, esto no afectará. Al contrario, probablemente detone mayor contratación”, observa Alma Paz.