El Requerimiento de Capital Contracíclico fue acordado en un nivel del 0,5% de los activos ponderados por riesgo, exigible en el plazo de un año. Según la entidad, la decisión se "enmarca en un contexto donde es necesario que todos los actores de la economía sigan recomponiendo sus capacidades para enfrentar posibles eventos adversos".
En medio de lo que el Banco Central (BC) considera un “deterioro de las condiciones financieras desde fines del año pasado“, el Consejo de la entidad emisora, en su Reunión de Política Financiera, decidió activar el Requerimiento de Capital Contracíclico (RCC) del 0,5%.
La decisión, adoptada por unanimidad, es un requerimiento de “carácter macroprudencial cuyo objetivo es aumentar la resiliencia del sistema bancario frente a episodios disruptivos que pueden tener un impacto significativo en la economía, contribuyendo con ello a la estabilidad financiera”.
Esto se traduce en la acumulación de un “colchón” de capital disponible frente a escenarios de estrés en el sistema financiero, con lo cual se espera mitigar los impactos negativos de una abrupta restricción de servicios esenciales como la oferta de crédito.
“El RCC tiene una lógica preventiva, es decir, se activa cuando las condiciones financieras y la situación de los bancos lo permiten, generando mayor fortaleza al sistema bancario, razón por lo que se la considera una medida macroprudencial”, expresaron desde el BC.
TENSION BANCARIA
Sobras las bases de la decisión, estas se basan tanto en factores internacionales como del mercado local, pero destacando el escenario bancario mundial.
En un sentido externo, destacan en deterioro de las condiciones financieras desde fines del 2022, elevando la incertidumbre sobre su evolución. “Los episodios de tensión bancaria de inicios de año dejaron de manifiesto debilidades de regulación, supervisión y gestión de riesgos en las entidades afectadas”.
Además, la entidad menciona las mayores restricciones en la oferta de crédito en la Eurozona y EEUU, junto con una demanda debilitada.
Respecto a lo local, “Las pruebas de tensión del sistema bancario, que se presentan en el Informe de Estabilidad Financiera, dan cuenta de la solvencia de la banca. Esta se encuentra con un nivel de provisiones y capital suficiente para enfrentar un escenario de tensión severo. Sin perjuicio de lo anterior, el sistema está en proceso de convergencia a Basilea III”.
Gracias a estos y otros factores, lo cual “ha aumentado el riesgo de ocurrencia de un shock externo severo“, de probabilidad baja, pero de posibles efectos muy negativos, el Consejo del Banco Central decidió activar el RCC a un nivel del 0,5% de los activos ponderados por riesgo, exigible en el plazo de un año.