Pese a que algunos sectores no petroleros de exportación están atravesando dificultades, como el camarón, banano, eso se ha visto “compensados por el buen desempeño de otras exportaciones no petroleras como es el caso de enlatados de pescado y el cacao”, detalló el presidente del Banco Central ecuatoriano, Guillermo Avellán.
A partir de este mes, la economía de Ecuador inició una “etapa de recuperación” y varios factores contribuirán para ello, pese a aspectos como el cierre del ITT por el cual el Estado dejaría de percibir recursos, según el gerente general del Banco Central del Ecuador (BCE), Guillermo Avellán.
El ejecutivo mencionó en una entrevista con una televisora local que hay varios factores que han sido identificados por el Ministerio de Economía y Finanzas y el mismo Banco Central que contribuyen positivamente en este segundo semestre y “están relacionados a este inicio de etapa de recuperación económica”:
Avellán destacó el financiamiento externo en buenas condiciones otorgado por las bancas multilaterales al Gobierno central, así como un aumento en la inversión pública en sectores prioritarios como salud, educación y seguridad, que se tienen contemplados en este segundo semestre como parte de la ejecución del presupuesto general del Estado.
También destacó la reducción en atrasos, lo que permite el aumento de los depósitos en el sistema financiero y por ende un incremento o reactivación del crédito del consumo de los hogares y de la inversión, y una recuperación en las exportaciones totales.
Con respecto al cierre del ITT, dijo que esto ya está contemplado en la proyección del crecimiento económico del 1 % para este 2024. Comentó que desde el Banco Central han expuesto de manera pública acerca de varias investigaciones relacionadas al impacto que tendría el cierre inmediato de este bloque petrolero.
Sobre el efecto del impuesto al valor agregado (IVA), que si bien aporta para el ajuste fiscal, pero también puede detener la economía, Avellán dijo que han evaluado el efecto que ha tenido este impuesto, especialmente en la inflación, y es que tuvo un incremento temporal en abril, pero luego a partir de mayo y junio se ha registrado decrecimiento en la tasa de inflación, “por lo tanto no ha sido un efecto realmente negativo en términos de consumo”.
Dijo que incluso la previsión que tenía de inflación el BCE y el Ministerio de Economía, que era un promedio de 2,4 % y de 3,6 % al cierre del 2024, “difícilmente se va a alcanzar porque hasta junio ha sido bastante moderada, en términos interanuales ha crecido 1,18 %”.
Avellán comentó que pueden haber “factores exógenos que están fuera del control del Gobierno y del sector privado” que pueden afectar al crecimiento económico, ya sea hacia un alza como también a una baja, y por ello el BCE tiene la oportunidad de actualizar la previsión de crecimiento económico del 1 % para el 2024.
La entidad está analizando unas 20 industrias, como comercio, construcción, alojamiento y servicios de comida, entre otras y considera que problemas climatológicos, fenómenos naturales, pudieran afectar al sector agrícola y a su vez tuviera un efecto negativo, sin embargo, dijo “que todavía no se evidencia riesgo claro en materia de clima y de fenómenos naturales como se había anunciado el año anterior”.
Como otro factor señaló el precio del petróleo, que es un commodity que el Gobierno no controla.
Avellán también comentó que pese a que algunos sectores no petroleros de exportación están atravesando dificultades, como el camarón, banano, eso se ha visto “compensados por el buen desempeño de otras exportaciones no petroleras como es el caso de enlatados de pescado y el cacao”.
Dijo que las exportaciones no petroleras hasta mayo de este año han crecido a un ritmo del 4,4 %, además que las exportaciones petroleras también aumentan como consecuencia de un incremento en los precios del crudo ecuatoriano a nivel internacional. “De hecho las exportaciones totales crecen a un ritmo de 11 %, las importaciones se contraen como resultado de una baja actividad en los primeros meses de este año, lo cual es consistente”.
Agregó que si se ve la diferencia entre exportaciones e importaciones se reporta una balanza comercial de bienes con un superávit de $ 3.000 millones, que destaca “es el más alto desde el inicio de la dolarización para los primeros cinco meses del año”. (I)